SciDev (20-05-13).- Mientras que el debate sobre el libre acceso a la producción científica enciende polémicas en el mundo desarrollado, con boicots a las grandes editoriales y acusaciones de publicaciones abiertas mal intencionadas, América Latina registra avances importantes en este movimiento.
La consolidación de legislaciones nacionales sobre el tema se encuentra entre ellos. En esa línea, Perú, que ya estaba invirtiendo en colecciones digitales de tesis, acaba de promulgar una ley que hace obligatoria la publicación de los resultados de todas las investigaciones científicas financiadas con recursos públicos en repositorios digitales de acceso abierto.
La idea es crear en el país una red que agrupe todo el registro digital de la producción científica peruana —incluyendo artículos científicos, trabajos académicos y libros, entre otros— y que opere junto a otros repositorios regionales y mundiales.
Argentina, que tiene una importante participación en las iniciativas regionales de acceso abierto y cuenta con un sistema nacional de repositorios digitales desde 2010, está próxima a consolidar su legislación sobre el tema. Un proyecto de ley similar al peruano obtuvo, en mayo de 2012, la aprobación de la Cámara de Diputados del país.
Además del acceso gratuito a la producción científica argentina, el documento prevé el acceso abierto a los datos brutos, dando un paso hacia un movimiento aún incipiente en América Latina. Pero, para convertirse en ley, el proyecto todavía necesita la aprobación definitiva del Senado.
Pese a que Brasil lidera el movimiento en la región —creó el Scientific Electronic Library Online (SciELO) en 1997 y fue el primero en elaborar, en 2007, un proyecto de ley que prevé el registro y la libre difusión de la producción científica nacional— no ha logrado consolidar su marco legal de acceso abierto. Con un contenido similar a la legislación peruana, la propuesta está pendiente en el Congreso.
Revistas nacionales por internacionales
Como bloque, América Latina viene haciendo esfuerzos para ampliar sus portales regionales de revistas, que comenzaron a surgir en la década de 1980 y hoy son la principal vía de acceso a la producción científica latinoamericana.
Entre ellos destaca el ya mencionado SciELO, que actualmente cuenta con 11 países miembros, 1.056 periódicos registrados, 430.244 artículos y 9.373.937 citaciones.
A diferencia de lo que ocurre en el mundo desarrollado, las revistas electrónicas de acceso abierto son la regla en América Latina, donde el mercado de las editoriales comerciales prácticamente no existe en el mundo académico. Si, por un lado, existe la ventaja obvia de la libre circulación del conocimiento, por el otro, el efecto práctico es un sistema de publicación generalmente precario.
Creadas muchas veces en el ámbito universitario, las revistas suelen tener, cada una, sus propias reglas, y sus editores son, en general, investigadores no capacitados ni remunerados para ejercer funciones que acumulan con otras tareas. Muchos tienen dificultades para formar un equipo editorial eficiente y mantener la periodicidad propuesta.
De esa forma, no es extraño que, en comparación con las revistas internacionales mantenidas por editoriales comerciales —que han conseguido beneficios excesivos en ese mercado, generando indignación en la comunidad científica internacional— y siguiendo criterios de calidad impuestos por los países desarrollados, las revistas nacionales tengan un factor de impacto en general muy inferior a sus similares extranjeras.
En un contexto mundial caracterizado por una gran presión para que los científicos publiquen mucho en revistas de alto impacto, tampoco es de extrañar que los mejores investigadores de los países emergentes busquen a las revistas internacionales a la hora de publicar sus trabajos.
Nuevas redes y desafíos
América Latina también actúa en la formación de redes regionales de libre acceso. Además de las ya establecidas CoLaBoRa y RedCLARA, este año se inicia la implementación de la Red Federada de Repositorios Institucionales de Publicaciones Científicas (LA Referencia ), por medio de la cual es posible explorar documentos científicos de los países miembros y obtener estadísticas sobre el acceso y el uso de elementos registrados.
El objetivo de la red, que ya cuenta con la participación de nueve países, es almacenar, compartir, dar visibilidad y acceso abierto a la producción científica en América Latina. Según sus creadores, será el principal portal de articulación de la región con la producción científica mundial.
Para eso será preciso un esfuerzo conjunto de creación de repositorios institucionales en cada país, respaldado por políticas nacionales dirigidas, recursos expresivos y apoyo técnico adecuado, además del necesario establecimiento de padrones acordados entre los miembros.
Nada de esto es trivial para un bloque tan grande y diverso, con producción científica irregular y un sistema de publicación frágil, y que aún convive con la exclusión digital de una porción significativa de la población. Es importante reconocer que, incluso con tantos esfuerzos y avances, hay muchos desafíos para que el acceso abierto a haga realidad en América Latina.
Además de la voluntad política y la capacidad técnica, la tarea requerirá de la participación de la comunidad académica, que deberá ver su contribución para las revistas nacionales como una forma de mejorarlos y para los repositorios digitales como un modo de promover una mayor difusión y visibilidad de su trabajo y de la ciencia latinoamericana en general. Cooperación y apoyo internacional también son bienvenidos.
No hay duda de que la mayor circulación de conocimientos científicos ayudará a impulsar la producción de la región, con un impacto positivo en sus revistas, y el desarrollo de nuevos indicadores de calidad y criterios de evaluación académica, que deberán tener en cuenta los diferentes contextos y necesidades de América Latina. Por todo eso, vale la pena el esfuerzo.
Fuente: SciDev
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