miércoles, 17 de abril de 2013

Investigación participativa encuentra insumos para impulsar el desarrollo en 22 sistemas endógenos bioculturales

Pieb (16-04-13).- Bajo una novedosa metodología de investigación participativa revalorizadora, académicos e investigadores de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) y la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), indagan en 22 Sistemas Endógenos Bioculturales (SEB) de 32 municipios del altiplano y valles del país. El fin es generar, junto a los actores locales, emprendimientos económicos productivos basados en el conocimiento local y el aprovechamiento de la biodiversidad.

El trabajo es posible gracias a una alianza interinstitucional entre el Centro Universitario de Agroecología (AGRUCO) de la UMSS, el Instituto de Ecología y el Post Grado en Ciencias del Desarrollo (CIDES) de la UMSA, y la Unidad de Monitoreo y Evaluación del Programa Nacional de Biocultura (PNB), promovido por el Viceministerio de Medio Ambiente, Biodiversidad y Cambio Climático.

El agrónomo e investigador de AGRUCO, César Escobar, explicó que el trabajo consiste en que el equipo técnico de investigación, al momento de implementar el programa en determinado municipio, aplique la metodología participativa revalorizadora destinada tanto a la conservación de los ecosistemas como al potencial productivo de la organización social. “Para eso es importante a nivel académico trabajar sobre los conocimientos previos; es un primer argumento para trabajar la revalorización de los conocimientos en la parte productiva y en la parte organizacional”, dijo.

El proceso de revalorización señaló que consiste en fortalecer los conocimientos previos y lograr un reconocimiento hacia el actor local como el mejor informado en cuanto al contexto histórico de su región, sus tecnologías y conocimientos ancestrales.

Al tratarse de una investigación participativa, el investigador convivió con el actor local que conoce sobre tecnologías de fertilización, preparación de suelos para las papas nativas, conservación de praderas nativas, las fechas de los ciclos agrícolas, entre otros aspectos.

“En biocultura, la información de lo revalorizado no se queda como información tal cual sino que apuesta al diálogo de conocimientos y al diálogo de saberes, y a partir del conocimiento local revalorizado se ingresa a la etapa de innovación, fruto del diálogo. Es lo que está pasando en la mayoría de los proyectos de biocultura”, señaló.

A partir del conocimiento local, el fortalecimiento de la identidad y de las formas organizativas locales, la conservación de las bases productivas de los ecosistemas y el mejoramiento de la productividad, el equipo de investigadores coadyuvó en la generación de emprendimientos económicos comunitarios con repercusión económica en el ingreso familiar. “La mejor vía que hemos encontrado para esto fue la revalorización del patrimonio natural y cultural de estos SEB.

La directora del Post Grado en Ciencias del Desarrollo de la Universidad Mayor de San Andrés (CIDES-UMSA), Ivonne Farah, explicó que lo que se pretende con la alianza es aportar en la reducción de la pobreza orientado hacia el Vivir Bien, generar un sistema institucional de gestión de políticas públicas y de mecanismos de gestión para generar una cultura en torno al concepto biocultural.

“La alianza sirvió para dar cuenta de la multidisciplinariedad y de los elementos vinculados con el propio concepto, pero nuestra intervención tenía que ver con un levantamiento de una línea base según los lugares de intervención del proyecto en el altiplano y valles, y generar una metodología para –con base a los indicadores que iban a surgir–, poder construir elementos del concepto biocultural, y generar una propuesta metodológica para hacer el seguimiento, monitoreo y evaluación después de la ejecución del proyecto”, explicó.

La investigadora dijo que se cumplió una primera etapa del programa, referida al levantamiento de la línea base de todos los lugares intervenidos, que incluye todas las dimensiones de la economía plural, el nivel cultural, los conocimientos y saberes en las regiones, la situación de los ecosistemas, además de la gobernanza de cómo se dan las relaciones entre los distintos sujetos y actores en cada una de las unidades a las que se denominó sistemas endógenos bioculturales, para impulsar estas iniciativas y/o proyectos.

Paralelamente se inició la implementación de un programa dirigido a construir una base de datos sobre los problemas y demandas que se plantean desde los propios actores locales a partir de sus visiones.

El punto de partida fue el PNB, que plantea generar procesos de emprendimientos económicos e innovadores a través de la revalorización de los conocimientos, culturas locales vinculadas con emprendimientos económicos amigables con el medioambiente, y que contribuyan a la conservación de los ecosistemas.

Sistemas Endógenos Bioculturales

Los 22 Sistemas Endógenos Bioculturales del altiplano de La Paz, Oruro, Cochabamba, Chuquisaca y Tarija, y los valles de los mismos departamentos, excepto Oruro, fueron seleccionados y agrupados sobre la base de cuatro criterios, según explicó César Escobar. Indicadores de pobreza, caracteres biofísicos del lugar, pertenencia a un Área Protegida (AP) y riqueza en biodiversidad independiente de la región perteneciente, fueron considerados a la hora de definir las zonas.

El criterio basado en las características biofísicas consideró a los municipios situados a más de 800 metros sobre el nivel del mar (msnm), donde se pueda contar con el financiamiento del programa BIOCAM para las zonas andinas, que se aplica con el mismo enfoque y metodología de biocultura orientado a tierras bajas.

El segundo aspecto considerado de carácter social se basó en los índices que mostraran mayor pobreza material vinculados al Índice de Desarrollo Humano (IDH) elaborado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

El tercer aspecto se basó en los indicadores de biodiversidad porque a pesar de presentar características biofísicas de altiplano, valles o chaco presenten índices adecuados y de mayor biodiversidad.

El cuarto criterio tomó en cuenta que los municipios seleccionados se encuentren vinculados a las Áreas Protegidas de carácter nacional. “En base a esos cuatro criterios se hizo la priorización de los municipios y finalmente cuando se hizo una selección de 50 municipios se hizo una serie de consultas de prefactibilidad y se quedó con 32 municipios”, sostuvo Escobar.

El Programa Nacional de Biocultura es promovido por el Viceministerio de Medio Ambiente, Biodiversidad y Cambio Climático con el apoyo de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE).

Fuente: Pieb

No hay comentarios:

Publicar un comentario