SciDev (22-08-13).- La energía solar tiene sentido si se puede conseguir. Para muchas comunidades rurales aisladas, las soluciones fuera de la red son la mejor oportunidad de tener electricidad. Asumimos que tales soluciones tienen que ser a pequeña escala y caras. Dos grandes proyectos nacionales de diferentes regiones del mundo sugieren que no tiene que ser así.
Perú anunció recientemente un programa para suministrar energía solar a dos millones de habitantes -de los seis millones- sin acceso a electricidad. El énfasis se pondrá en las áreas rurales pobres y el programa solar contribuirá al objetivo general de brindar electricidad al 95 por ciento de los 30 millones de habitantes del Perú para 2016, frente al 66 por ciento de hoy.
El Banco Mundial considera que el Perú “es un país comprometido con la reducción de la pobreza y la prosperidad compartida", pero que hay una brecha profunda entre las tasas de pobreza urbana y rural: 18 y 56 por ciento respectivamente.
El nuevo Programa Nacional de Electrificación Fotovoltaica Domiciliaria es parte de la respuesta a un informe de la Cooperación Internacional de Finanzas que en 2011 concluyó que menos del uno por ciento de los recursos solares potenciales del país estaban siendo explotados. Sin embargo, ese mismo año se actualizó el marco normativo nacional para fomentar el uso de energías renovables.
Además, es evidente el apoyo al más alto nivel de la nueva unidad, como Jorge Merino, ministro de energía y minas, lo resaltó en el lanzamiento del programa y la publicidad posterior.
Mi convencimiento sobre el potencial que tiene la energía solar para llegar a comunidades pobres con pocas posibilidades de ser conectadas a la red se reforzó hace algunos años cuando conocí a Dipal Barua, uno de los fundadores del Banco Grameen, que desde entonces se ha diversificado en un ambicioso programa para hacer de Bangladesh una de las primeras nacionales solares.
Su visión es suministrar energía solar a las familias rurales a un costo similar al del querosene que usarían para contar con energía.
Bangladesh tiene actualmente una asociación de energías renovables y Barua ha actualizado su presentación: en una conferencia internacional sobre ‘energía fuera de la red’ en Ghana el año pasado dijo que actualmente existen 1.5 millones de instalaciones solares domésticas en Bangladesh, que benefician a 15 millones de personas.
Por supuesto, se debe ser cauteloso al evaluar los planes y promesas. Nunca he estado en Perú o Bangladesh, por lo que no soy capaz de evaluar la realidad de esos programas. Pero estas dos historias sugieren que un liderazgo ambicioso y planes realistas de financiamiento hacen de la energía solar una auténtica alternativa para aquellos pueblos en lugares de difícil acceso al desarrollo.
Fuente: SciDevNet
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