lunes, 4 de julio de 2011

Senador Mendoza destaca importancia cultural y económica de la chicha

LT (3-07-11).- Los municipios vallunos, especialmente los que elaboran chicha de maíz, ven en la inclusión de un gravamen al comercio de la bebida alcohólica en la Ley de Clasificación y Definición de Impuestos que está siendo analizada por la Cámara de Senadores, una de las mejores oportunidades para incrementar sus ingresos ya que posibilitará acordar nuevos montos y ajustes con los fabricantes y comerciantes del llamado “néctar del valle”.

Según el senador del Movimiento al Socialismo (MAS), Adolfo Mendoza, la Ley de Clasificación y Definición de Impuestos no podía dejar al margen los impuestos a la chicha de maíz, pues varios municipios, en especial los de Cochabamba, se mantuvieron y se mantienen con ese gravamen.

El impuesto a la chicha posibilitó, desde mediados del siglo XIX hasta las primeras tres décadas del XX, que en Cochabamba las clases dominantes concreticen sus ansias de modernidad en el país.

Este producto generó una cantera inagotable de recursos económicos que fueron destinados a la construcción de infraestructura en las improvisadas urbes bolivianas que comenzaban a emerger.

Según el libro “Sociedad Oligárquica, Chicha y Cultura Popular”, de los autores Gustavo Rodríguez Ostria y Humberto Solares Serrano, para 1917 sólo en la urbe cochabambina se tenían cuantificadas 650 chicherías convirtiéndose de esta manera en el sostén de la ciudad.

Impuesto actual

En la actualidad, el impuesto a la producción de la chicha se sigue cobrando en algunos municipios.

Según la Ley de 6 de Noviembre de 1950, decretada por el presidente Mamerto Urriolagoita, los propietarios de las fábricas debían cancelar un monto de dos bolivianos por cada litro de chicha.

El senador Mendoza afirmó que el impuesto a la chicha permitirá que municipios pequeños puedan contar con ingresos económicos.

El monto de este impuesto debe ser fijado entre la sociedad y la instancia gubernamental.

Desconocimiento

Aunque la Ley de Clasificación y Definición de Impuestos que estipula el impuesto a la chicha es calificada como positiva, existe un desconocimiento de la misma por parte de autoridades de recaudación de algunos municipios de la región reflejada en la escasa propuesta que se tiene en base a esta nueva competencia de las municipalidades.

Los directores de recaudaciones de las alcaldías de Punata, Cliza y Tolata, manifestaron no conocer la Ley, adelantaron que una vez promulgada se sentarán los productores para definir de forma conjunta los nuevos parámetros de los impuestos.

El director de Recaudaciones de la Alcaldía de Cochabamba, Zenón Antezana, manifestó que se barajan alternativas valorando a la chicha como un recurso “muy importante”, para generar ingresos económicos.

“Estamos pensando en incentivar a familias dedicadas a la elaboración de la chicha para que retornen a la ciudad, como también de cobrar impuestos por la chicha que ingresa al mercado interno de la ciudad como antes”, dijo Antezana a tiempo de aclarar que las iniciativas deberán ser consensuadas y trabajadas con la ciudadanía y en especial con los potenciales productores del llamado “néctar del valle”.

Productores

Los municipios de Punata, Cliza y Tolata, son catalogados como productores de chicha que abastecen al mercado de la ciudad de Cochabamba.

En Punata el director de recaudaciones de ese municipio, Henry García, dijo que según los registros de esa repartición se tienen 136 fábricas instaladas.

En la ciudad de Cochabamba, de las más de 200 a 300 elaboradoras de chicha que existían en el pasado sólo quedan 15, que representan un ingreso anual de 800 mil bolivianos.

En los municipios productores de chicha de Tolata y Cliza las encargadas de recaudaciones de esas alcaldías, Aidé García y Jhanett Ferrufino, respectivamente, manifestaron que el impuesto a la bebida sería de mucha utilidad pues permitiría fijar nuevas reglas entre los escasos productores existentes.

Problemas

Según Henry García, el alto costo del azúcar y la chancaca repercutió de sobremanera en la industria de la chicha en Punata.

Las 136 fábricas se rehúsan a pagar lo estipulado por Ley de 1950, por lo que observa la necesidad de replantear el costo por litro.

“Es positiva la Ley, los nuevos parámetros deben ser establecidos con la participación de todos los productores ya que en la actualidad se resisten a pagar”, dijo García.

En el municipio de Punata, las 136 fábricas cancelan al municipio 0,35 centavos de bolivianos por litro. Esto hace un total de tan sólo 130 mil bolivianos año, que representa el uno por ciento del total de impuestos recaudados.

La Alcaldía de Cochabamba es la única que cobra los dos bolivianos como estipula la Ley, por lo que para Antezana las recaudaciones por este concepto dejaron de tener una repercusión hace bastantes años debido a la migración de las fábricas a otros municipios.

Ferrufino manifestó que desde hace tres años la fabricación de chicha en Cliza bajó en un 40 por ciento debido a que los productores consideran elevado el actual impuesto de dos bolivianos por litro.

Desarrollo urbano

Según los académicos Rodríguez y Solares, se estima que después de la Guerra del Chaco la producción de chicha en la ciudad y zonas periféricas alcanzaba en 1934 a 3.500.000 botellas, en 1935 a 4.250.000 botellas y en 1936 a 4.808.000 e incluso tal vez sobrepasando los 5 millones.

“Con esta cantidad de producción el soñado progreso de la elite cochabambina tocaba la puerta de la ciudad, ya no como un deseo mítico e inalcanzable, sino como un objetivo realizable”, señala el libro.

Varias obras públicas postergadas por el conflicto bélico, volvieron a ser ejecutadas convirtiendo en realidad esos deseos, gracias a los recursos que crecientemente proporcionaba el mucko y la chicha.

Rodríguez y Solares mencionan que la totalidad del impuesto anual en 1940 que superaba los cinco millones de bolivianos, el 100 por ciento lo cubría el impuesto a la chicha y al mucko.

Según Rodríguez los recursos deben ir a un sólo rubro

Para el historiador y exMinistro de Educación Superior, Gustavo Rodríguez Ostria, para que los ingresos generados por la chicha de maíz puedan tener un impacto en las arcas de la Alcaldía del Cercado éstas deben ser destinadas a un ámbito específico, como, por ejemplo, al de la cultura.

“Los ingresos del municipio son varios. Los impuesto a la chicha deben estar destinados a un solo ámbito, caso contrario no tendría mucho sentido”, dijo Ostria.

Para el académico, el campo de incentivo a la cultura sería el ámbito apropiado para inyectar los recursos de la chicha por el mismo hecho de que esta repartición percibe escasos recursos económicos, esta unidad municipal percibe unos ocho millones de bolivianos al año en comparación a los más de 200 millones de la Alcaldía, “lo importante es invertir en algo específico”, reiteró.

Ostria coincide con otros académicos en afirmar que los impuestos traerían beneficios a los pequeños municipios productores como Tolata, Tarata y Cliza.

Fuente: Los Tiempos

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