lunes, 4 de julio de 2011

FFAA tienen el reto de incluir a los indígenas del oriente

Cambio (4-07-11).- Las Fuerzas Armadas han integrado en los últimos años a sus filas a los pueblos indígenas del occidente del país.

Las grandes distancias y la falta de acceso a la información han impedido que esa misma política de inclusión se aplique a las comunidades orientales.

“Es una deuda pendiente que no se puede alcanzar todavía”, según el director de Derechos Humanos e Interculturalidad en las Fuerzas Armadas del Ministerio de Defensa, Álex Soliz.

La inclusión de los pueblos indígenas a los institutos de formación castrense se inició el año 2005, a través del programa de Igualdad de Oportunidades, para beneficiar a los jóvenes de las 36 naciones indígenas reconocidas por la Constitución Política del Estado.

Cada año existe un cupo para 30 postulantes bachilleres indígenas, varones y mujeres, que tienen la posibilidad de ingresar a los Institutos de formación de las Fuerzas Armadas, como el Colegio Militar del Ejército, en La Paz; la Escuela Militar de Sargentos del Ejército, en Tarata, Cochabamba; la Escuela Militar de Topografía, en La Paz, y la Escuela Militar de Música, en Viacha.

De acuerdo con los datos de la Dirección de Derechos Humanos e Interculturalidad de las Fuerzas Armadas, la recepción de postulantes en el periodo 2005-2011 mantuvo un denominador común: el 80 por ciento de cupos los absorbieron representantes de la etnia aymara.

Los postulantes quechuas participan con 11 por ciento, los leco con 3 por ciento, los mosetenes 2 por ciento, chiquitanos 2 por ciento, chimanes 1 por ciento y guarayos 1 por ciento.

Siete personas que iniciaron su formación en 2005 egresaron con grados de subteniente y continúan con la carrera militar. Los postulantes pasaron por una fase de nivelación de nueve meses y recién en 2006 iniciaron el primer año de la formación militar, que duró cinco años.

“Sin embargo, aún no se logró alcanzar a los pueblos indígenas del oriente, por la lejanía de las comunidades. Hemos tomado contacto con todas las organizaciones que conforman el Pacto de Unidad y otros, pero no tuvimos resultados en el oriente”, manifestó Soliz.

Explicó que no sólo es difícil llegar a estas comunidades, adonde incluso se envió invitaciones de la convocatoria. “También es complicado para los jóvenes indígenas trasladarse de sus lugares de origen a la ciudad, separarse de su familia y enfrentar esa situación con escasos recursos económicos”.

Soliz precisó que, por ejemplo, existen comunidades alejadas como los weenhayek, que viven a orillas del río Pilcompayo; los ese ejja, que se encuentran entre Cobija, Beni y el norte de La Paz, entre otros pueblos.

“Luego están los toromona, que no se los ve y no tienen contacto con la sociedad; entonces tenemos una deuda pendiente con los pueblos indígenas del oriente, que vamos a alcanzar en estos años”, afirmó la autoridad castrense.

Dijo que los territorios del oriente boliviano son muy extensos y las vías de comunicación no son las mejores.

El artículo 5, parágrafo I de la Constitución Política del Estado, reconoce 36 naciones y pueblos indígena originario campesinos: aymara, araona, baure, bésiro, canichana, cavineño, cayubaba, chácobo, chimán, ese ejja, guaraní, guarasu’we, guarayu, itonama, leco, machajuyai-kallawaya, machineri, maropa, mojeño trinitario, mojeño-ignaciano, moré, mosetén, movima, pacawara, puquina, quechua, sirionó, tacana, tapiete, toromona, uru-chipaya, weenhayek, yaminawa, yuki, yuracaré y zamuco.

En esta gestión, 30 jóvenes indígenas de las poblaciones rurales de Achacachi y Apolo del departamento de La Paz postularon y pasan clases en el Colegio Militar del Ejército.

La convocatoria exige como requisitos a los postulantes vocación de servicio a la patria, dominio del idioma nativo, ser de escasos recursos económicos y pertenecer a una de las 36 nacionalidades reconocidas por la Constitución.

Soliz comentó que antes regían más exigencias en la admisión, como la estatura, origen y color de piel, “para filtrar el ingreso de las personas de origen indígena”.

“Ahora las Fuerzas Armadas han tomado por labor concientizarse y tener mayor amplitud de inclusión”, añadió el Director de Derechos Humanos e Interculturalidad.

Por otro lado, el asambleísta del Movimiento Al Socialismo (MAS) Galo Silvestre Bonifaz señaló que la información sobre las normas y derechos de los pueblos indígenas no llega a las comunidades del oriente, por lo que sugirió a las autoridades municipales y departamentales corregir esa falencia. “Para ello, las autoridades tienen un papel importante para socializar normas y beneficios que tal vez los pueblos del oriente no están informados”, manifestó el asambleísta.

Sugirió seguir como ejemplo el trabajo que desarrolla la Agencia para el Desarrollo de las Macrorregiones y Fronteras en la amazonia, donde esa institución estatal incentiva a los pueblos indígenas del oriente a formar parte de las Fuerzas Armadas y difunde los derechos y obligaciones que estable la Constitución.

“Mediante la actividad de integración de la Amazonia Saludable visitamos los pueblos más alejados del departamento de Pando llevando ayuda en salud, carnetización y socializando algunos beneficios”, explicó Bonifaz.

Género

La inclusión de mujeres en las Fuerzas Armadas es uno de los logros que se destacan en la institución castrense.

Según la entidad, existe 20 por ciento de cadetes femeninas en los colegios e institutos militares entre cerca de 2.000 postulantes.

En 2006 sólo existía un 0,5 por ciento de representación de la mujer, que correspondía a las personas que estaban con cargos dentro de las Fuerzas Armadas.

Ahora el 20 por ciento corresponde a las mujeres que están dentro de los institutos militares para obtener el grado de subtenientes, explicó Soliz.

Dijo que en el actual Gobierno el porcentaje de inclusión de mujeres se quintuplicó y en pocos años se tendrá a una generala.

De hecho, es tal la participación de la mujer que el 2 de marzo, en el viejo Palacio Quemado de La Paz, por primera vez en 185 años de vida del país una mujer elevó el parte a un Presidente.

En el centro del hall del histórico edificio, debajo de la tenue luz que la cúpula de vitrales apenas captó de un día gris y lluvioso, a la subteniente de infantería del Ejército Melba Cepcel Mendoza, en su primera guardia en Palacio Quemado, le tocó informar el parte del día al presidente Evo Morales y, dos horas más tarde, al vicepresidente Álvaro García Linera.

Fuente: Cambio (Artículo Completo)

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