miércoles, 25 de junio de 2014

Socióloga mexicana: la paridad de género es un principio democrático

MaM (25-06-14).- La mexicana Rosalinda Ávila Selvas, coordinadora de Iniciativas SUMA y que participa como expositora en el Encuentro Internacional de Participación Política de las Mujeres, afirma que la paridad de género en los poderes del Estado es “un principio democrático”.

Ella está convencida de que la participación de la mujer en esos ámbitos es importante y significativo.

¿Cómo percibe el rol de las mujeres en el ámbito político?

Sin duda hay avances en la región latinoamericana. Estos avances se han dado por la organización de las mujeres, por la conformación de frentes plurales que convergen en esta demanda y necesidad en el cumplimiento de los derechos humanos y los derechos políticos.

Entonces, primero es la voluntad de las mujeres de unirse; segundo, contar con normativas y leyes electorales que garanticen las cuotas (de poder), como la acción afirmativa que favorece la participación de las mujeres en procesos de los que históricamente fueron relegadas.

Sobre el tema, ¿cuál es la situación en América Latina?

La tendencia que vivimos en Latinoamérica, y concretamente en México y Bolivia, es de pasar de la cuota -que ha variado- al principio de la paridad, que significa tener una democracia donde las mujeres, que somos más de la mitad de la población, tengamos una representación similar a este porcentaje. Que sea del 50% de mujeres y 50% de hombres. La paridad es un principio democrático.

La manera de establecer la paridad es múltiple. En el caso de México, en 2013 pasamos de tener un Código Electoral Federal que establecía una cuota de 40-60 a la paridad y fue a partir de una reforma constitucional que se reconoce la paridad (…).

¿Qué opina de las críticas a este mecanismo de “acción afirmativa”?

La cuota (de poder) es un mecanismo de acción afirmativa.

La Convención para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, que el Estado mexicano ha firmado es ley vinculante y obligatoria para todos los poderes del Estado (Ejecutivo, Judicial y Legislativo).

Esta Convención define la “acción afirmativa” como medidas temporales para disminuir las brechas de desigualdad en las que han vivido históricamente los sectores sociales y, en este caso, las mujeres.
Sin embargo, las acciones afirmativas no son sólo para las mujeres, sino para hombres y mujeres que han vivido discriminación por cualquier motivo.

No es que las mujeres quitamos espacios. Se trata de tener una democracia verdadera basada en los principios de diversidad y pluralidad. Los hombres tienen que ponerse de acuerdo entre ellos para jugarse ese 50% de candidaturas (…).

¿Cómo ve el proceso boliviano en ese ámbito?

Interesantísimo, porque las mujeres definitivamente avanzamos en unidad, más allá de las diferencias y de los colores, la unidad sobre la base de un programa mínimo que implica aumentar la participación bajo criterios de paridad.

Que el Tribunal (Supremo) Electoral boliviano garantice un reglamento a partir de las leyes secundarias es fundamental. Estos criterios responden a este nuevo marco de administración de justicia y de concepción de democracia.

Un reglamento me parece un gran avance, aunque tendremos que ver los resultados, porque en México se daban las suplencias a las mujeres, sin respetar el principio de alternancia. Ahora se trata de respetar este criterio.

¿Cuáles son los desafíos de las mujeres?

No basta tener cuerpo de mujer y lo hemos dicho. Ser mujer y llegar a un puesto no garantiza que los derechos de las mujeres sean defendidos en los espacios de toma de decisiones. Sin embargo, para eso planteamos procesos de empoderamiento político, la capacitación, información y la formación, tema que es estratégico para las mujeres.

Fuente: Medio a Medio

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