martes, 9 de agosto de 2011

Norte de Potosí: Mujeres con "M" de Machas

Ipade (9-08-11).- Permítannos comenzar con una historia. Queremos que nos acompañen a un viaje imaginario, se trata de hacer una larga caminata durante horas y horas, el destino el Norte de Potosí en Bolivia, ya en el viaje lo lejos visualizar la figura de una mujer campesina sentada sobre su pollera (falda típica de las mujeres quechuas) y a unos metros de ella unas ovejas pastando. Pero acérquense más y verán que la mujer tiene en su falda a un niño, no, son dos los está amamantando, un momento uno de ellos no es un niño, es una pequeña oveja.

Unos pueden decir ¡qué mujer tan sacrificada!, otros dirán ¡qué mujer tan osada!, y con sorpresa se preguntarán ¿¡cómo puede hacer eso!?; los más dirán que esta imagen refleja la situación de extrema pobreza y de inseguridad alimentaria que enfrentan no sólo mujeres, sino familias enteras en el norte de Potosí.

Si te quedas unos días en la población tal vez te comerán las pulgas, no tendrás una cama cómoda para dormir y para ir al baño tengas que ir allá tras los pocos árboles que quedan. Sin embargo te enterarás de que aquella mujer se llama Rufina y es de la comunidad de Churitaca del municipio de Acasio, que pertenece a una asociación de mujeres organizadas que tienen la visión de ser mujeres autosuficientes y ven en sus ovejas un medio viable para mejorar sus condiciones de vida. Ellas tienen desafío de mejorar la raza de ovinos criollos con la introducción de reproductores de raza mejorada y así poder vender las crías en cantidad y a un mejor precio.

Te darás cuenta entonces de que aquella mujer no era ninguna loca que deliraba con tener y amamantar a dos hijos a la vez. Sino que esta mujer “macha “, como muchas en el norte, en su desesperación, estaba luchando por mantener viva la cría, lo que para ella significaba mantener viva la semilla de su autonomía como mujer valorada, porque estas ovejas son sinónimo de su aportación a la economía solidaria y comunitaria de su pueblo.

Feminismo comunitario ‘warmi-chacha’

En occidente o en los países más modernizados , el feminismo ha asignado a las mujeres un rol de posicionamiento como individuas ante los hombres. Desde allí nos llegan las dos grandes vertientes del feminismo; el de la igualdad y el de la diferencia, es decir, mujer igual que el hombre o mujer diferente al hombre, pero esto no se puede entender dentro nuestras formas de vida aquí, en Bolivia, donde se tienen fuertes concepciones comunitarias. La historia relatada al principio denota que como mujeres bolivianas no queremos pensarnos frente a los hombres, sino pensarnos mujeres y hombres en relación a la comunidad.

La visión del chacha-warmi (hombre – mujer) en un principio, en la práctica, planteaba un par complementario, pero un par machista de complementariedad jerárquica y vertical, los hombres arriba y privilegiados y las mujeres subordinadas. Un ejemplo de ello se mostraba cuando se elegía a una autoridad, se elegía al hombre y automáticamente su mujer la acompaña como complemento pasivo, entonces se entiende que el hombre era elegido legítimamente y las mujeres en cambio estaban ahí acompañando al hombre por ser la pareja y no por ser la elegida por la comunidad. Eran vistas como “yapa” (apoyo) de los hombres y no como la mitad de cada comunidad.

A partir de una re-conceptualización del par complementario chacha-warmi, despojándolo de su machismo y replanteándolo en warmi-chacha (mujer –hombre). Ahora se propone el feminismo comunitario como un par complementario de iguales, horizontal, sin jerarquías, armónico y recíproco. Asimismo nos propone que la comunidad es el punto de partida, es empezar el tiempo de las mujeres partiendo de las mujeres en comunidad, entendiendo que la comunidad está constituida por mujeres y hombres como dos mitades imprescindibles, complementarias y autónomas una de la otra.

“Los hombres deben empezar a entender que el mundo es par, somos dos que tenemos el mismo valor, somos dos diferentes que valemos lo mismo, no les vamos a quitar nada a los hombres, solo vamos a tomar lo nuestro, nuestra mitad en cada comunidad”

El feminismo comunitario es una visión construida con mujeres de diversas regiones y culturas de Bolivia, y hoy se ha convertido en un instrumento reconocido en los más variados espacios políticos de nuestro país.

En Bolivia el “Plan nacional para la igualdad de oportunidades: Mujeres construyendo la Nueva Bolivia para Vivir Bien”, se diseñó desde el feminismo comunitario, siendo un plan que interrelaciona mujeres con otras provenientes de otras comunidades, construyendo redes de reflexión, acción y lucha; es también un plan incluyente porque nace desde las organizaciones de base de las mujeres, instando que a todo nivel comunal, municipal, departamental y nacional destinen recursos para que ellas mismas hagan cumplir las mejoras y proyectos planteados por ellas.

Es con esta herramienta del feminismo comunitario “warmi-chacha” un par complementario de iguales que se ha ido trabajando en el proyecto de mejoramiento de ganado ovino.

Fuente: Canalsolidario.org

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