martes, 4 de junio de 2013

La FAO pide prioridad para acabar con la malnutrición

Fao (4-06-13).- Al denunciar el coste social y económico de la malnutrición, el Director General de FAO, José Graziano da Silva, pidió hoy un decidido esfuerzo para erradicar tanto la malnutrición como el hambre en el mundo.

En una declaración grabada con motivo del lanzamiento de la publicación anual de la FAO El estado mundial de la agricultura y la alimentación (SOFA 2013, por sus siglas en inglés), Graziano da Silva, dijo que aunque el mundo ha registrado un cierto progreso frente al hambre -una de las formas de malnutrición-, todavía queda "un largo camino por delante".

"El mensaje de la FAO es que tenemos que luchar por nada menos que la erradicación del hambre y la malnutrición", declaró.

El informe, que lleva por título Sistemas alimentarios para una mejor nutrición, indica que aunque todavía cerca de 870 millones de personas pasaban hambre en el mundo en 2010-2012, son tan solo una parte de los miles de millones de personas cuya salud, bienestar y vida se ven malogradas por la malnutrición.

Hay 2 000 millones de personas que sufren de una o más deficiencias de micronutrientes, mientras que 1400 millones tienen sobrepeso, de los cuales 500 millones son obesos, según el SOFA. Un 26 por ciento de todos los niños menores de cinco años sufren retraso del crecimiento y el 31 por ciento sufre de deficiencia de vitamina A.

Inaceptable

El coste de la desnutrición para la economía mundial en pérdida de productividad y gastos de atención sanitaria es "inaceptablemente alto" y podría alcanzar hasta un 5 por ciento del producto interno bruto (PIB) mundial: 3,5 billones de dólares EEUU, equivalentes a 500 dólares por persona. Casi la cifra del PIB anual de Alemania, la mayor economía de Europa.

En términos sociales, la desnutrición infantil y materna siguen reduciendo la calidad de vida y la esperanza de vida de millones de personas, mientras que los problemas de salud asociados a la obesidad, -como las enfermedades cardíaca y diabetes-, afectan a millones más.

Para combatir la malnutrición, el SOFA señala que una alimentación sana y una buena nutrición debe comenzar con la alimentación y la agricultura. La forma en que cultivamos, criamos, procesamos, transportamos y distribuimos los alimentos influye en lo que comemos, según el informe, señalando que la mejora de los sistemas alimentarios puede hacer que los alimentos sean más asequibles, variados y nutritivos.

Las recomendaciones específicas para actuar incluyen:
  • Uso de políticas, inversión e investigación agrícola adecuadas para aumentar la productividad, no sólo de cereales básicos como maíz, arroz y trigo, sino también de legumbres, carne, leche, verduras y frutas, todos ellos ricos en nutrientes.
  • Cortar las pérdidas y el desperdicio de alimentos, que en la actualidad ascienden a un tercio de los alimentos producidos para el consumo humano cada año. Eso podría ayudar a que hubiera mas alimentos disponibles y asequibles, así como reducir la presión sobre la tierra y otros recursos.
  • Mejorar el rendimiento nutricional de las cadenas de suministro, mejorar la disponibilidad y accesibilidad de una amplia diversidad de alimentos. Los sistemas alimentarios correctamente organizados son clave para dietas más diversificadas y saludables.
  • Ayudar a los consumidores a tomar buenas decisiones alimentarias para una mejor nutrición a través de la educación, la información y otras acciones.
  • Mejorar la calidad nutricional de los alimentos mediante el enriquecimiento y la reformulación.
  • Hacer que los sistemas alimentarios estén más atentos a las necesidades de las madres y los niños pequeños. La desnutrición durante los críticos ‘primeros 1000 días' desde la concepción puede causar un daño permanente a la salud de las mujeres y trastornos físicos y cognitivos de por vida en los niños.
El papel de las mujeres

Dar a las mujeres un mayor control sobre los recursos y los ingresos beneficia su salud y la de sus hijos, dice el informe. Las políticas, intervenciones e inversiones en tecnologías agrícolas que ahorran mano de obra y en infraestructura rural, así como la protección y los servicios sociales también pueden hacer contribuciones importantes a la salud y nutrición de mujeres, sus bebés y niños pequeños.

Los proyectos que han tenido éxito para elevar los niveles de nutrición incluyen un aumento en la producción, comercialización y consumo de verduras y legumbres locales en África oriental; la promoción de huertos familiares en África occidental; el fomento de sistemas de producción mixtos ganaderos y agrícolas junto con actividades de generación de ingresos en algunos países de Asia; mejorar genéticamente cultivos básicos como la batata para aumentar su contenido en micronutrientes, así como asociaciones público-privadas para enriquecer productos como el yogur o el aceite para cocinar con nutrientes.

Hacer que los sistemas alimentarios mejoren la nutrición es una tarea compleja que requiere un fuerte compromiso político y liderazgo al más alto nivel, asociaciones de base amplia y enfoques coordinados con otros sectores importantes como salud y educación, según el SOFA.

"Un gran número de actores e instituciones deben trabajar juntos en todos los sectores para reducir más eficazmente la subnutrición, las deficiencias de micronutrientes, el sobrepeso y la obesidad", se añade.

"La gobernanza de los sistemas alimentarios que aporta liderazgo, coordinación eficaz y fomenta la colaboración entre los diversos grupos de interés, es una prioridad", concluye el documento de la FAO.

Fuente: FAO

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