Con la participación de las comunidades beneficiarias se han instalado parcelas demostrativas con sistemas de riego, biohuertos, plantas medicinales de uso ancestral, módulos de crianza de gallinas y de cuyes, cocinas mejoradas entre otras tecnologías, así como la difusión de hábitos de nutrición, higiene personal, organización y aseo de la vivienda, y la recuperación de saberes ancestrales.
El proyecto se basó en un modelo de intervención intercultural, como elemento clave para recuperar saberes y promover el respeto a la diversidad cultural, se ha basado, en la metodología de capacitación “de campesino a campesino”, modelo de intervención que se fundamenta en la capacitación de promotores indígenas locales, seleccionados por las mismas comunidades que reciben capacitación práctica intensiva, que les permite “aprender haciendo” para lograr un efecto demostrativo ante los demás miembros de las comunidades y acompañarlos con réplicas y visitas de asistencia técnica para la instalación de las tecnologías cuando las familias lo demanden.
El proyecto fue implementado en las comunidades indígenas Huirasay del Municipio de Huacareta (Chuquisaca, Bolivia), el pueblo de Chimila (Magdalena, Colombia), Rumicorral y Ambrosio Laso del Cantón Colta (Chimborazo, Ecuador) y, San Pablo de Occo y Parco Alto en Anchonga (Huancavelica, Perú).
Este proyecto se realizó en el marco del proyecto “Cohesión Económica y Social de la Comunidad Andina- CESCAN, que contó con el financiamiento de la Unión Europea.
Fuente: CAN