La versión que yo tengo es la que salió en los medios de comunicación y la relativa a la información que dan a las autoridades policiales en el momento de hacer la detención, pero más allá de esa información ese dato es terriblemente preocupante independientemente de los argumentos que exponga la autoridad detenida. En ambos casos, si se trata de droga transportada por esa autoridad o una implantación de droga quiere decir que hay un problema que es bastante delicado, que llega a los niveles locales y que por supuesto se debe enfrentar adecuadamente.
No se trata de un hecho menor, la Fiscalía en este caso dedicada a la lucha contra el narcotráfico deberá investigar y luego dar una opinión concreta, específica y juzgar a los responsables de ese tráfico de cocaína.
Yo prefiero no especular en ese tema, esa es una función de la autoridad competente, prefiero señalar de manera muy concreta que ese hecho no puede dejarse en el olvido sea cual fuera el resultados, las hipótesis, el hecho debe ser sancionado con la mayor dureza, mucho más si se trata de una autoridad municipal, no se puede señalar; sin embargo, que el MAS tiene un respaldo en las comunidades y que por tanto es muy difícil hacer ese tipo de trampas.
No interesa el color político, si esa persona cometió delito debe ser juzgada con todo el rigor de la Ley, pero no conviene confundir el hecho que hace una persona particular con un partido, sea que esté en función de gobierno o en la oposición, esto es algo que deberá dividirse en el análisis y concentrarse fundamentalmente en el hecho delictivo.
El narcotráfico ha crecido en América Latina y hay una arremetida de esa economía que no respeta fronteras, no respeta moral, no respeta familias, no respeta nada. Más allá de las cuestiones morales, el narcotráfico es una de las actividades capitalistas más rentables que tienen a nivel mundial y que manejan sectores muy poderosos. Entonces, no es un asunto que solamente acontezca en Bolivia.
Con relación al papel de la DEA, si tenemos un mecanismo institucional que trabaja en esos temas, la cantidad de operativos realizados en términos de comparación antes y después de la expulsión de la DEA del país. Del 2001 al 2005, se realizaron 24.623 operativos; si la presencia de la DEA eso prácticamente se dobló a 56.272 operativos realizados.
Sin la presencia de la DEA se incrementó la totalidad de aprehendidos que sumaron 19.424, pero además sobre la incautación de sustancias sólidas en toneladas, con la presencia de la DEA hubieron 2.826.72 toneladas y sin la presencia de la DEA esa cantidad de incautación subió desde el 2006 al 2010 a 3.255 toneladas.
Lo mismo sucede respecto a la incautación de sustancias líquidas que se utilizan en el narcotráfico, antes, con la acción de la DEA se incautaron 2.264 toneladas desde el 2001 al 2005; en cambio del 2006 al 2010 fueron 8.157 toneladas.
Respecto de manera específica al secuestro de cocaína medido en toneladas, del 2001 al 2005 se incautaron 43 toneladas; en cambio del 2006 al 2010, 117 toneladas de cocaína.
Eso quiere decir que el trabajo que están realizando las instituciones, las instancias nacionales sin la presencia de la DEA es efectiva, pero no es todavía suficiente, es necesario generar un conjunto de mecanismos adicionales para que se trabaje de manera más adecuada en ese tema que está creciendo a nivel mundial.
No es necesaria la presencia de la DEA, pero sí es necesario al mismo tiempo que los países consumidores puedan realizar aportes para solucionar el tema del narcotráfico, porque no es un asunto solamente de aquellos países que actúan como distribuidores, como cordón o finalmente como productores.
Fuente: PAT
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