Apc (28-04-12).- Indígenas, originarios y campesinos de diferentes países de la región se reunieron entre el 17 y 20 de abril en instalaciones de la Cinemateca Boliviana de la ciudad de La Paz para analizar el proceso de descolonización, los avances hacia la plurinacionalidad y el rol de la comunicación. En este evento, los asistentes, representantes internacionales, no dejaron de destacar el proceso boliviano que derivó en la asunción de un presidente indígena al poder, tras años de sojuzgamiento de las clases originarias y campesinas, mayoritarias en Bolivia.
Durante el V Seminario Taller Internacional sobre Derechos Indígenas Originarios Campesinos se analizó el caso boliviano desde la perspectiva de la lucha de las organizaciones sociales, en este marco, la representante de Guatemala, Lorena Cabnal, destacó que este proceso tiene una doble importancia histórica para la lucha de las naciones indígenas y para la humanidad en general, pues, dijo, ayudó a visibilizar a dos sectores discriminados en Bolivia: el de las mujeres y de las naciones indígenas.
—¿Cómo se evalúa desde Guatemala el proceso de cambio, que tiene como principales impulsores a los movimientos sociales?
—Sin duda, son un referente a nivel mundial. Un ejemplo para las naciones indígenas originarias de todo el mundo, porque de ser invisibilizados pasaron a ser protagonistas, a tener el poder para decidir los destinos de su país, haciendo un planteamiento específico en cuanto a lo que quieren de su país, algo totalmente emergido de sus bases.
Ahora, en lo que respecta al Gobierno, la imagen e información que nosotros tenemos es que el Gobierno del hermano Evo Morales está reivindicando a las clases indígenas y originarias, las está potenciando para que salgan del atraso al que nos han condenado, lo cual es totalmente destacable, pues es un ajuste de cuentas con tantos años de injusticias. Pero no se trata sólo de reivindicar a un sector, sino también de que esas medidas gubernamentales ayuden al resto de la población, que en lo que se ve es el proceso que está viviendo este país.
Por todas estas razones, Bolivia se ha vuelto en un referente político sumamente importante en América Latina, no sólo a nivel de los derechos indígenas, sino también en cuanto a la visibilización de las mujeres, que es otro sector que durante siglos fue relegado y sojuzgado.
—¿Cómo ve que este proceso de cambio haya aportado a la reivindicación de los derechos de las mujeres?
—Realmente es un aporte muy importante. Bolivia ha hecho historia porque el proceso de cambio ha visibilizado a los indígenas y a las mujeres. Aquí, en este encuentro internacional, vemos a mujeres indígenas que están llevando el liderazgo, y lo más importante es que no están luchando contra un régimen gubernamental que trate de ahogarlas, de evitar que hablen y hagan conocer su voz, sino que el Gobierno las acompaña. Ellas trabajan en conjunto con sus autoridades para impulsar proyectos.
Lastimosamente, en América Latina tenemos el lastre que nos dejó el colonialismo: este machismo que ha perjudicado a tantas mujeres indígenas y originarias, discriminadas, vulneradas, violadas e incluso asesinadas por ser indígenas y ser mujeres.
El proceso vivido en Bolivia es un ejemplo para las mujeres de la región, porque aquí existen organizaciones de mujeres totalmente emancipadoras, que son totalmente feministas y luchan por los derechos de ellas, como el acceso a salud, educación, la pertenencia de la tierra y el territorio, y el desarrollo para las mismas comunidades, luchando contra la patriarcalización y la discriminación, con el apoyo de sus autoridades, que, vemos, trabajan mancomunadamente.
—En comparación con el proceso boliviano, ¿cómo está la situación de la mujer indígena en la región? ¿También se la está visibilizando?
—Puedo hablar de lo que se vive en Guatemala, donde se está gestando un proceso emancipador de las mujeres indígenas, está en plena construcción, lo mismo que nuestra propuesta política, porque las mujeres hemos vivido episodios en que nuestra misma vida fue amenazada por nuestra condición.
En muchas naciones los males del machismo y el patriarcado, no sólo vienen en la Colonia, sino también desde las raíces ancestrales.
Las reivindicaciones de los pueblos indígenas no deben buscar que se mantengan esas formas establecidas, sino que se debe luchar por una visibilización de la agenda de las mujeres indígenas y campesinas.
—¿Qué aspecto destaca más en cuanto a las transformaciones realizadas por este proceso a favor de la mujer y a su visibilización como actor social?
—Fundamentalmente está la pertenencia de la tierra y el territorio, que está reconocida en la Constitución boliviana, ya que le da sentido de pertenencia a la mujer, le da voz y voto, y la posibilidad y obligación de actuar dentro de su entorno de su comunidad, a través de las dirigencias.
Las experiencias de las que tengo conocimiento en cuanto al proceso boliviano realmente son enriquecedoras, pues se ha convertido a la mujer en protagonista visible de la defensa de la tierra y territorio.
A la vez, los indígenas fueron reconocidos en cuanto a volver a sus tierras y territorios, pero no sólo ésa es la tarea de los hombres, también es de las mujeres, pues son reconocidas como sujeto de propiedad, lo cual es altamente destacable y visible de la existencia de este sector dentro de los actores sociales de un país.
Aunque también existen peligros en cuanto a estos avances, pues las mujeres se ven más proclives a ser víctimas de violencia política. Sin embargo, esto también nos lleva a trabajar en nuestros planteamientos políticos, que tienen que ver con la defensa y recuperación de nuestro territorio, cuerpo tierra, porque tenemos cuerpos expropiados históricamente, y estos cuerpos que están sufriendo varias formas de violencia están conviviendo en un territorio-tierra que, a su vez, las mujeres defendemos.
—¿Cuál es el aspecto que hace falta trabajar en cuanto a los procesos de reivindicación de los derechos indígenas y de las mujeres?
—La formación política y la preparación, lo que es un problema de toda América Latina, y escuché que lo mismo sucede aquí en Bolivia, pues estos sectores están despertando de un largo sueño al momento en que deben luchar por sus reivindicaciones.
Se precisa la formación de cuadros que lleven la dirigencia de este proceso y que se extienda a nivel continental.
Fuente: APC