Lt (31-10-13).- La lectura, considerada como uno de los placeres humanos más grandes que el hombre cultiva desde muy pequeño, permite formar la capacidad de reflexión, análisis, esfuerzo, concentración, distracción y entretenimiento a lectores de diferentes edades y gustos.
Un ejemplo de este placer son los grandes clásicos de la literatura que pese al transcurso del tiempo han logrado mantenerse vigentes, y convirtiéndose en obras que “nunca pasan de moda”.
Para el escritor Adolfo Cáceres, hablar de la importancia de la lectura es como referirse a la vitalidad del aire y el agua, ya que la lectura ayuda a los lectores a proyectarse en la parte espiritual, permitiendo desarrollar la capacidad mental para “entender mejor lo que somos”.
“Los grandes pensadores que descubrieron muchos fenómenos de lo que es el hombre mismo, leyeron bastante para llegar a ser lo que son ahora”, manifestó Cáceres, para quien las personas que no leen “se quedan simplemente en la materia: comer, vestirse, al igual que los animales”.
No importa el soporte
En tanto, el también escritor, Ramón Rocha Monroy, dijo que más allá del soporte en el que un escrito esté, ya sea en versión digital o impresa, lo esencial, ante todo, es leer.
“Cualquiera de las artes no sólo sirve para su ejecución, sino como formación integral del ser humano. La lectura amplía la visión, la información, la buena prosa, el amor por la palabra, que son cualidades que vienen de la lectura”, dijo Rocha. Agregó, que una persona privada de leer es “una persona a medias”, ya que el cultivar el espíritu con la lectura, abre las puertas para una mayor comprensión de la realidad. “Nos hace más dialogantes y mejores seres humanos, con una capacidad de entendimiento superior de las grandezas y debilidades humanas”, concluyó.
Emoción
Por su parte, la escritora Gaby Vallejo manifestó que la lectura permite la comparación de la persona con las demás, al contener los libros ideas que no son propias, por ello, “permite compararte porque al escuchar otras ideas te permite crecer”.
La lectura no sólo concibe un mejor conocimiento sobre uno o varios temas, sino que también genera emociones humanas, sorprende, lleva al lector a lugares que no se pensaba; en otras palabras “nos saca de la cotidianidad”, aclaró Vallejo.
Para la escritora, en la lectura “nunca hay nada negativo”, sino más bien un acercamiento a los mejores pensamientos de los escritores. “Las personas que no entraron al mundo del libro serán personas limitadas con lo cotidiano, usual y trivial; no pueden proyectarse a más allá de su entorno, no puede pensar ni entender más allá de la gente de al lado”, aseveró Vallejo.
La lectura fundamentalmente influye en la parte emocional, cada libro contiene la sabiduría de un ser humano, que permite al lector formarse a base de las ideas del autor, en relación a las propias, convirtiéndose en alguien que tiene más visión del mundo, finalizó Vallejo.
Fuente: Los Tiempos
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