martes, 22 de octubre de 2013

Historiador: El Estado centralista ha creado a su propio antagónico sujeto autonomista

Pieb (17-10-13).- La historia política del país muestra que el discurso del Estado centralista ha preparado las condiciones para generar su propio destructor que, para el caso de las políticas de descentralización a mediados del siglo XX, fue la burguesía agroindustrial del departamento de Santa Cruz con su idea de autonomías, dice el historiador Gustavo Rodríguez Ostria en un estudio presentado en la Feria Internacional del Libro.

El historiador Gustavo Rodríguez es uno de los autores del libro “Descentralización y democratización en Bolivia. La historia del Estado débil, la sociedad rebelde y el anhelo de democracia”, de la Fundación FES, que se presentó en la Feria Internacional del Libro. El director del Centro Cuarto Intermedio y miembro de la Academia Boliviana de Historia explica que en su texto “Las antinomias del nacionalismo revolucionario” desglosa las contradicciones internas de ese proceso y “explora cómo el discurso del nacionalismo construye por un lado la idea del Estado centralista pero por otro genera contradicciones que desafían ese Estado”.

En el libro se hace un recorrido por los tres años de vigencia de la nueva Constitución Política del Estado, resaltando los diferentes ritmos de avance de las autonomías y sus resultados “poco visibles” hasta este momento.

“El Estado del 52 crea una nueva territorialidad, un sujeto político que es la burguesía agroindustrial de Santa Cruz, que va a ser la que va a generar el discurso de la autonomía, cuando en realidad ella es la creación del Estado central, por eso hablo de antinomia. El tema de la descentralización afecta también al sistema político”, comenta Rodríguez, antes de referirse a la forma de reclutar el personal político (diputados y senadores) por circunscripciones territoriales, entendidas como provincias, una modalidad que posteriormente a 1952 se reabsorbe en referencia a los departamentos y se fortalece el poder del partido y del jefe del partido.

El historiador plantea tres momentos particulares en que las ideas descentralizadoras se han expresado: Hacia 1870 los sectores cochabambinos y cruceños demandaron medidas federalistas de manera separada, en ese momento Cochabamba lo hacía desde el centro y Santa Cruz desde la periferia medidas federalistas, buscando el equilibrio entre las regiones; a principios del siglo XX se ve un claro triunfo de la elite paceña después de la Guerra Federal, se constituye en el centro, comienza a generar “el interior” de país y aparece la diferencia entre el centralismo y las regiones; el tercer momento sucede en los años 90 con Santa Cruz a la cabeza y con el planteamiento de la autonomía. En este último caso, según Rodríguez, existe una diferencia capital que radica en que los cruceños esta vez no demandan la autonomía desde la periferia sino desde el centro al ser la región más rica, aunque use las demandas de región pobre.

En medio de ese devenir está la Ley de Participación Popular que reabre el escenario del municipalismo. Rodríguez dice que esta norma puede fácilmente encadenarse con los procesos de fines del siglo XIX, cuando los municipios se desarrollaban en pactos y negociaciones con el centro, y cuando los diputados se elegían por circurnscripciones provinciales como los actuales representantes uninominales.

Pero Rodríguez agrega que “la historia no es solo el pasado, es el presente…, en los tiempos de cambio lo que importa analizar no es lo que cambia sino lo que permanece, entonces esta larga permanencia de un esquema centralista es probablemente lo que no cambia”.

Fuente: PIEB

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