SD (26-06-14).- Una iniciativa de semillas de ‘fuente abierta’ liberó 36 variedades de 14 cultivos alimenticios, lo que según los líderes del proyecto podría ayudar a los agricultores pobres a tener acceso a semillas de mejor calidad.
Las nuevas variedades de semillas están disponibles desde mediados de mayo para su distribución en todo el mundo, informa Irwin Goldman, fitomejorador y horticultor de la Universidad de Wisconsin-Madison, y uno de los impulsores de la liberación.
Confirma a SciDev.Net que ya se han recibido más de 350 pedidos de diversas partes del mundo, y que el objetivo final del proyecto es ayudar a cambiar la normativa internacional que limita el intercambio de semillas de cultivos como zanahoria, col rizada, lechuga, brócoli y quinua.
Todos los envases incluyen un ‘compromiso de mantener las semillas en código abierto’. Esto significa que las semillas podrán usarse en cualquier forma y que las nuevas variedades desarrolladas a partir de ellas seguirán siendo libres de usarse por quienquiera.
“No podemos estar seguros de que alguien no intentará patentar o restringir [las semillas que hemos liberado], pero haremos nuestro mejor esfuerzo para estudiar qué sucede con estos materiales cuando llegan a la comunidad”, señala Goldman.
En la actualidad, muchos países han adoptado la compleja legislación internacional sobre semillas, que implica regulaciones de patentes y otras formas de protección a la propiedad intelectual. Esto significa que se les prohíbe a los agricultores sembrar esas semillas e incluso resembrarlas en la siguiente estación.
“Queremos restaurar la práctica de compartir libremente los materiales de siembra entre los mejoradores. Esta era una maravillosa forma de trabajar hasta hace unos 20 años atrás”, afirma Goldman.
La liberación estuvo a cargo de la Iniciativa Open Source Seed (OSSI), un proyecto creado en los Estados Unidos en 2011 que sostiene que los recursos genéticos —en forma de semillas— deben ser un recurso común que cualquiera pueda usar como mejor le convenga. Sus miembros temen que las leyes actuales de propiedad intelectual y las que se dicten en el futuro podrían dar lugar a que los materiales genéticos de muchas plantas queden fuera del alcance público.
Janny van Beem, jefa de la Unidad de Adquisición y Distribución de Germoplasma del Centro Internacional de la Papa, organización de investigación científica, alaba las iniciativas que comparten y facilitan el intercambio de recursos genéticos.
Los agricultores pobres por lo general no pueden acceder a las semillas de buena calidad desarrolladas por las corporaciones multinacionales y así terminan usando las de los cultivos locales, explica. “Este tipo de movimiento tiene un impacto en los agricultores pobres de los países en desarrollo: una nueva variedad libre usada correctamente —liberada por las autoridades nacionales— puede cambiar drásticamente su situación y sus medios de subsistencia”, añade.
Van Beem resalta el caso de ‘Cooperación 88’, una variedad de papa liberada hace casi 30 años por la Universidad Normal de Yunnan, en China, después de un libre intercambio de material genético del Centro Internacional de la Papa. Asegura que esta variedad ahora es sembrada en más de 390.000 hectáreas del mundo en desarrollo, casi el doble del área cubierta por la variedad de papa más popular de los Estados Unidos.
“El código abierto significa compartir, y el intercambio de semillas puede ser la base de un sistema alimentario más justo y sostenible”, subraya Jack Kloppenburg, profesor de sociología de la comunidad y el medio ambiente de la Universidad de Wisconsin-Madison, quien coordina la iniciativa OSSI junto con Goldman y un estudiante de esa universidad.
Indica que un grupo reducido de grandes empresas agrícolas —entre las que se cuentan Monsanto, Syngenta, Dow y BASF— comparten el 66 por ciento del mercado de semillas comerciales.
Kloppenburg recuerda que hay varios movimientos similares a OSSI en todo el mundo —como el grupo ‘Seed Freedom’— que hacen campaña contra todo lo que consideran leyes ‘ilegítimas’ y restrictivas de las semillas, y no está claro aún qué modelo será el mejor.
Fuente: Sci Dev
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