Mediante D.S. 22836 (14, junio, 1991), 5 de las empresas de CORDECH debían ser privatizadas; una fue cerrada (la Planta de Ají) y cuatro fueron transferidas a grupos privados (la Planta de Pollos BB y el Taller de Cerámica en 1992, la PIL en 1995, y FANCESA en 1999).
La Planta de Pollos le costó al Estado 413 mil dólares y fue vendida en 16 mil dólares.
El Taller de Cerámica fue vendido en apenas 6.100 dólares. La consultora española ADARO, que fue contratada para evaluar la transferencia de esta empresa y otras 8 en el país, estableció 50 dólares como precio de referencia para la venta del Taller de Cerámica. Ante el reclamo de las organizaciones sociales de Sucre, la consultora ADARO dijo que fue “un error de dedo” y que el precio de referencia era 500 dólares. Para establecer este precio de referencia con esos errores, la consultora española cobró aproximadamente 21 mil dólares.
La instalación de la PIL le costó al Estado más de 6 millones de dólares; para su privatización, los neoliberales gastaron cerca de 130 mil dólares en consultorías, y la vendieron en menos de medio millón de dólares ($us.421.150); es decir, no recuperaron ni el 7% del total de inversiones estatales.
FANCESA fue diseñada para su privatización durante el gobierno de MIR-ADN (1989-1993), cuando Samuel Doria Medina era ministro, y fue vendida por el gobierno de ADN-MIR (1997-2001) a Samuel Doria Medina, Presidente de SOBOCE. En la venta de FANCESA, tanto los vendedores como los compradores, cometieron varias irregularidades.
a) Los estatutos de FANCESA prohibían la venta de sus acciones a competidores locales.
b) Se infringieron los plazos: SOBOCE presentó su propuesta de adjudicación fuera del plazo establecido y depositó dinero en el Banco Central por concepto de compra de la fábrica más allá del plazo establecido, violando el propio Código de Comercio. Los propios privatizadores emitieron actos administrativos fuera de los plazos.
c) El Pliego de Condiciones establecía la participación accionaria de los trabajadores. “…El adjudicatario de la licitación deberá conformar una sociedad con los trabajadores que manifiesten su voluntad de participar…“. Empero, a la fecha no se tiene evidencia de la conformación de la sociedad con los trabajadores para la compra de las acciones de FANCESA.
En una actitud antipatriótica, en diciembre de 1999, las autoridades de la Universidad San Francisco de Chuquisaca cedieron en favor de SOBOCE la administración de su paquete accionario (33,3%), con lo que SOBOCE logró el dominio y administración del 67% de las acciones de FANCESA.
Antes de su privatización FANCESA era la principal competencia de SOBOCE. A partir de su venta, FANCESA baja su producción y SOBOCE acapara el mercado nacional de cemento. Antes, en 1995, se compró la Fábrica de Cemento Tarija (FACEP), a pesar de la oposición regional tarijeña.
El 1 de septiembre de 2010, después de 4.105 días de injusticia, Evo Morales Ayma devuelve a Chuquisaca uno de sus más preciados bienes y clave para su desarrollo regional: FANCESA
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