(13-04-12).- Publicamos la intervención de Adolfo Mendoza en la clausura de la Conferencia sobre el Derecho a la Consulta de los Pueblos Indígenas, efectuada entre el 9 y 13 de abril de 2012:
Muchísimas gracias. Estimada señora Yoriko Yasukawa, Coordinadora Residente del Sistema de Naciones Unidas en Bolivia, Ciudadano Defensor del Pueblo, Rolando Villena, estimados invitados e invitadas: Manuel García, Birgitte Feiring, Jay Hartling y a José Carlos Morales con quién ya nos conocemos.
Debo inicialmente excusar a las dos presidentas Rebeca Delgado de la Cámara de Diputados y Gabriela Montaño de la Cámara de Senadores porque continúan su labor dirigiendo el pleno en cada una de las Cámaras y me delegaron para que yo las represente en este cierre y para dar las palabras de conclusión de este evento.
Inicialmente, quisiera destacar el esfuerzo de la Asamblea Legislativa Plurinacional y el Sistema de Naciones Unidas en Bolivia para organizar este Seminario y contar con la presencia de cuatro invitados expertos en esta temática, para organizar estas jornadas que comenzaron con reuniones con la Asamblea y luego tuvieron reuniones con las organizaciones indígenas de tierras bajas, especialmente las regionales agrupadas alrededor de la CIDOB, también se realizó un conversatorio con los medios de comunicación en Santa Cruz y luego se trasladaron amablemente a la ciudad de La Paz, para tener también un conversatorio con los medios de comunicación, con otras organizaciones indígena originario campesinas del país, la CSUTCB, Bartolina Sisa, Interculturales, CONAMAQ, la Central Obrera Boliviana.
Estimo también que hay una agenda de trabajo con los propios empresarios privados, con el Órgano Ejecutivo y mañana con la Asamblea Legislativa Plurinacional.
Creo que es bondadosa esta presencia porque se ha tenido la oportunidad de brindar un conjunto de experiencias a los actores que están directamente involucrados en la discusión boliviana sobre el Derecho a la Consulta. Y precisamente por eso es que la Asamblea Legislativa Plurinacional y el Sistema de Naciones Unidas en Bolivia tuvieron la iniciativa para que este conjunto de actores que participan directamente de la discusión del Derecho a la Consulta, puedan contar con mayores insumos, que a veces desde algunas instituciones o entidades no es posible tener a mano. Experiencias que permitan no solamente alimentar la discusión sobre el Derecho a la Consulta sino construir un instrumento normativo consensuado, participativo, sobre la Consulta a los pueblos indígena originario campesinos como plantea nuestra Constitución en Bolivia.
Es el inicio de un nuevo ciclo de debate porque el anterior debate se dio en otro escenario, se dio en la propia Asamblea Constituyente y se dio en la calle y como la Consulta es un mecanismo institucional, además de ser un derecho de los pueblos indígenas, como al mismo tiempo en nuestra Constitución implica una profundización de la democracia, una relación con la democracia comunitaria, es que era necesario abordar de una manera integral y contar amablemente con estas experiencias.
La riqueza que transmite Manuel García a partir de su experiencia en la OIT, es algo que nos sirve para puntualizar algunos elementos del debate en Bolivia porque hablar –nos dice– del Derecho a la Consulta, es hablar de algo que no se agota en una dicotomía entre el sí y el no. Es algo que implica un acuerdo, pero al mismo tiempo es un mecanismo institucional de resolución de controversias. Todo el trabajo de la OIT cuando nos dice: habrá que preguntarse qué significa la Consulta y de ahí debemos retornar al Convenio, esto nos amplia la mirada junto con aquello que hace José Carlos Morales desde su experiencia en Naciones Unidas.
Volviendo a situar la discusión en Bolivia sobre si la consulta es previa o no, reponiendo los términos de una discusión que es favorable para lo que vivimos en la coyuntura actual: si un Estado no ejecuta pese a que su norma lo indique, el mecanismo de la Consulta está obligado a frenar el proyecto y retornar a la Consulta. Esa enseñanza es vital para nuestra discusión y es una enseñanza vital por las palabras de Birgitte y de Jay desde su experiencia, cuando nos mencionan dos cosas muy fuertes: Birgitte señala que le admira la riqueza de la discusión de la Consulta en Bolivia y en verdad este tipo de jornadas y por eso la Asamblea Legislativa le va poner el empeño no solamente a estas jornadas, sino también a otro tipo de espacios de encuentro.
La ley de Consulta implica una construcción colectiva, mucho más en un país que pretende profundizar la democracia y definir la nueva institucionalidad de la democracia intercultural. Esa riqueza a la que hace mención Birgitte se conecta con la experiencia plástica de Jay, con una experiencia que nos invita a pensar en que no se puede rechazar el Derecho a la Consulta pero sí es necesario establecer los mecanismos para que ésta sea de buena fe y para que sea de buena fe tiene que existir confianza, si no existe confianza habrá que construir la confianza, pero nunca rechazar la Consulta.
Si es que no existe el carácter informado, pues habrá que informar, habrá que construir una base que permita a los pueblos indígenas y al Estado ponerse de acuerdo con datos concretos, con información adecuada y pertinente. Si esa información no existe habrá que construirla pero no por eso se deberá rechazar la Consulta. Y lo mismo en torno a la característica de lo previo, a partir de aquel último aporte que hace José Carlos Morales, respecto del valor de la Jurisprudencia Internacional para aplicar el Derecho a la Consulta menciona que en cuando no se ha consultado se deben detener los proyectos e iniciar el proceso de Consulta.
Por tanto, estamos ante un poderoso mecanismo democrático, de democracia intercultural que debemos seguir cultivando.
Finalmente yo quisiera hacer mención a que este tipo de espacios no deberían quedarse acá porque tenemos un reto mayor aún que la coyuntura actual en relación a lo del TIPNIS. Y el reto es la construcción participativa y consensuada de la Ley Marco de Consulta Previa Libre e Informada, un reto de la sociedad boliviana en su conjunto en el marco de su pluralidad y no solamente en el marco de los intereses particulares. Un reto que permita abandonar la exacerbación del particularismo y tener a la Consulta como unos de los bienes más preciados de la democracia intercultural.
Ese es el propósito de la Asamblea Legislativa Plurinacional y por esa razón es que la Asamblea y las presidentas de ambas Cámaras me han encargado felicitar a nuestros invitados, felicitar al Sistema de Naciones Unidas por todo este esfuerzo, al Alto Comisionado y por supuesto a todos los participantes por el interés que se pone en un tema central de la política boliviana. Gracias.
Fuente: Memoria de la Conferencia sobre el Derecho a la Consulta de los Pueblos Indígenas. pp. 70-74
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