Stanislaw Czaplicki (19-11-13).- La presente columna honra el Día Internacional del Niño y el Día Mundial de la TV, los mismos que se celebran el 20 y 21 de noviembre respectivamente. Desarrollo infantil tiene que ver ante todo con el proceso de socialización del recién nacido, formación de su personalidad y aculturación. Personalidad, cultura y sociedad vienen a ser los tres elementos esenciales que determinan, condicionan y forman al hombre dentro de un contexto temporal y espacial definido. La TV es un medio de comunicación social.
El hombre es el producto de una larga historia evolutiva, y de esta historia han resultado ciertas características biológicas básicas más o menos fijas, de las cuales depende la adaptación al medio y por lo tanto la supervivencia. La adaptación social (socialización) del recién nacido se hace por intermedio de su contacto con los demás. Ese proceso donde juega un rol importante el lenguaje (comunicación), roles dentro de la familia primero y luego progresivamente en extensas estructuras sociales, y también su estatus y finalmente el “yo social” se finaliza a través de la interacción con sus semejantes como adquisición de la naturaleza humana. Es esta combinación de actos y pensamientos que denominamos personalidad. El siguiente elemento que interviene en el desarrollo infantil es el proceso de aculturación, o sea, asimilación de la cultura.
Finalmente es necesario ubicar el concepto del desarrollo infantil en un contexto social. El funcionamiento de la sociedad descansa esencialmente en la interacción social (oposición, cooperación, diferenciación) de la cual la comunicación humana constituye su dimensión básica. La comunicación humana constituye el modo, el instrumento de influencia mutua entre las personas; hace posible la adaptación social del recién nacido y el funcionamiento de la organización social. Se distinguirá básicamente la comunicación interpersonal de carácter directo, cara a cara y la comunicación de masas (llamada también comunicación social).
El tema particular de la influencia de la TV en el desarrollo de los niños fue investigado con frecuencia. La aparición de este medio de distracción por la cantidad de tiempo que ocupa en la vida de los niños, ha provocado en numerosos padres la inquietud en cuanto a los efectos (entiéndase sobre todo negativos) que éste pudiera tener sobre el desarrollo y la personalidad de sus hijos. Los sociólogos han buscado saber si estas sospechas eran justificadas. Antes de entrar en detalle, la respuesta general se puede formular así: la TV tiene un efecto susceptible de ser extremadamente diferenciado según la personalidad del niño y su medio ambiente, familiar en particular, en el cual vive. En otras palabras, según los niños y según las familias, la TV puede tener incidencias radicalmente opuestas.
En cuanto a la delincuencia, la conclusión de varias encuestas realizadas en distintos países es que la TV puede tener una influencia negativa sólo en los niños que presentan una predisposición a la delincuencia o son mal adaptados. Es así que la influencia de la TV depende no sólo del contenido de los programas, sino de la existencia de un terreno más o menos favorable que encuentra en el televidente infantil. Con frecuencia se ha incriminado a la TV de ser la causa de un eventual retraso escolar. Tampoco existe una conclusión uniforme sobre este aspecto. La TV parece favorecer el progreso de los niños muy jóvenes, pero luego con frecuencia se vuelve un freno al trabajo escolar propiamente dicho, continuando sin embargo a favorecer la adquisición de una información extraescolar beneficiosa. Existen también programas francamente positivos para niños como bien conocido programa Plaza Sésamo, por ejemplo.
Es finalmente posible de que la TV ejerza una influencia ideológica sobre los niños, sobre todo si el sistema de valores es presentado por la TV en forma sistemática, persistente y no es comentado en familia y escuela.
Fuente: Los Tiempos
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