LT (4-05-14).- Los tradicionales molinos de piedra del municipio de Toco que durante décadas ayudaron a forjar la identidad del tradicional pan chama, hecho con harina de trigo artesanal, corren el riesgo de desaparecer.
Tres dejaron de funcionar paulatinamente. El último, ubicado en Villa Santiago, se averió el año pasado. Ahora luce abandonado y deteriorado. El propósito de la Alcaldía es reactivar su funcionamiento y promocionarlo como un atractivo turístico.
La alcaldesa, Janeth Flores, informó que Toco tenía hace 50 años cuatro molinos de piedra, ubicados a orillas de los ríos Toco y Sichez. Todos funcionaban en la temporada de lluvias.
El molino de Villa Santiago, construido con piedra y adobe, se encuentra ubicado a 50 kilómetros del pueblo de Toco. Pertenece a la comunidad y el objetivo es incluirlo en la oferta turística del municipio, que se caracteriza por su patrimonio colonial. Entre sus atractivos está la Iglesia de San Miguel, que cuenta con una cúpula cubierta de azulejos, hechos por los alfareros de Huayculi (Tarata).
“El molino de Villa Santiago funcionó hasta la pasada temporada de lluvias. Esperamos que siga funcionando luego de su reparación. Pero, todavía no conocemos el presupuesto que se va a requerir. Esperamos iniciar los trabajos este año”, explicó.
El Molino de Villa Santiago perdió parte de su techo en la época de lluvias. Sin embargo, en su interior aún se pueden observar las dos piedras circulares de un metro de ancho que trituraban el trigo con la presión del agua. También, mantiene un embudo artesanal, sostenido con postes, por el cual ingresaba el trigo o maíz para ser molido y convertido el harina. El molino cuenta con dos ambientes que se encuentran sin techo y servían para almacenar la harina y el trigo.
Este molino está lejos del pueblo. Sólo es posible llegar después de una caminata de un kilómetro debido a que por las características del terreno rocoso y en pendiente no existe un camino. “Antes nuestros abuelos traían el trigo en burros para convertirlo en harina y elaborar pan. Habían dos molinos, pero uno fue desmantelado y sus implementos desaparecieron”, contó uno de los pobladores.
“Tenemos siete panaderías que operan en el municipio y elaboran el pan para llevarlo a la ciudad, donde tienen gran demanda. La elaboración se realiza por la tarde o la noche, porque por la madrugada es enviado a Cochabamba”, dijo la alcaldesa.
El pan se ha convertido en una fuente de ingresos para muchas familias del municipio que es productor de trigo”, agregó.
Los molinos de piedra se comenzaron a usar en el siglo XVII y existían en diferentes municipios del valle alto, como Araní.
Ante la falta de molinos de piedra, los panificadores apelan a una moledora electrónica, que funciona cerca de la plaza principal de Toco. Pero en otros casos obtienen la harina de otros municipios donde se comercializa la harina artesanal.
El coordinador de Turismo de la Gobernación de Cochabamba, Pablo Hinojosa, informó que se pretende fomentar el turismo en todo el valle alto, sobre todo, donde aún existen molinos. “Es responsabilidad de los municipios mantener las reliquias arquitectónicas que son parte de nuestra historia”, comentó el funcionario.
Fuente: Los Tiempos
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