LB (11-03-12).- Es la presidenta saliente de la Sociedad Interamericana de Psicología y ejerce como profesora titular de la Pontificia Universidad Católica de San Pablo, en Brasil. Esta sicóloga brasileña, visitó Santa Cruz para coordinar los detalles de la realización del IV Congreso Regional de la Sociedad Interamericana de Psicología que se efectuará por primera vez en Bolivia, con sede en Santa Cruz, entre el 21 y 23 de junio. El evento tendrá lugar en la Universidad Privada de Santa Cruz (UPSA).
María Regina Maluf trabaja como investigadora y profesora de cursos de maestría y doctorado. Coordina estudios de campo para comprender qué es lo que pasa con los niños en las escuelas de América Latina.
— ¿Qué es lo más destacado de sus investigaciones sobre la educación de los niños?
— Hemos visto que hay niños que son muy listos, que saben hablar y relacionarse bien, pero comienzan a tener problemas cuando van a la escuela, esto pasa mucho en Latinoamérica. El surgimiento de problemas de aprendizaje coincide con el momento en que el niño se inserta al sistema educativo.
— ¿Por qué ocurre?
— Hoy ya tenemos una comprensión bastante clara del hecho y es que la gran mayoría de los casos de fracaso en las escuela no son resultado de problemas que están en el niño, no es que no es talentoso o no es inteligente, no. Es que la escuela no responde a sus necesidades. La organización, el currículo, los materiales y el mismo maestro no se adecuan a lo que el niño necesita para poder aprender.
— ¿Cómo enfrentar el problema?
— Comprendiendo mejor este triángulo que se hace entre el niño y su familia y la escuela como institución, por otra parte, y el maestro considerado en su personalidad, en su identidad. Ya no se puede decir ‘ese niño tiene problemas porque su familia tiene problemas’. Esto no es verdad, el niño si puede tener problemas porque su familia los tiene, pero esto no es disculpa para decir que por esa razón no aprende. Para enfrentar esta situación el maestro tiene que recibir formación en sicología que le permita comprender cómo se forman los comportamientos de los estudiantes.
— ¿Desde hace cuánto se da esta situación?
— En los últimos veinte años se ha avanzado mucho, porque hubo momentos hasta los 80 en que todavía se decía que el hándicap era de la familia y que por lo tanto no había mucho que hacer en el sistema educativo, o se decía que el niño tenía déficits cognitivos.
— ¿En qué sentido la escuela es fundamental?
— Hoy el factor más importante es la organización escolar y dentro de la organización, la labor de los maestros. Las investigaciones testifican de que aunque los niños sean iguales al principio, al ir a escuelas distintas se logran resultados totalmente distintos. Esto nos lleva a nuevas teorías de la explicación del aprendizaje y de la enseñanza.
— ¿Cuál es el factor que más dificulta el aprendizaje de los niños?
— El no hablar con ellos. Esto es lo que más hace daño para la formación de la inteligencia, porque la capacidad de pensamiento, de razonamiento, de lógica, de tomar decisiones se apoya sobre el lenguaje, si no tienes el lenguaje no tienes cómo pensar, tú necesitas palabras, no importa en que idioma. Hay que hablar con los niños de una manera explicativa, participativa, pero no es suficiente hablar con ellos, también hay que escucharlos, tiene que darse un diálogo y estimular al niño a que hable nombrando las cosas, hay que dar nombres, los colores, las formas y los conceptos y significaciones, para que razone y adquiera un conocimiento social de las otras personas. Hay que hablarle de los sentimientos, de las emociones, para que aprenda a relacionarse bien con los otros.
Eso se aprende desde pequeño y utilizando el lenguaje, esto es una de las cosas que se hace en el nivel inicial y tiene que hacerse en la primaria, pero muchas veces los maestros en la primaria quieren que los alumnos estén callados, que escuchen pero que no se manifiesten, esto no les ayuda.
— ¿Esto repercute cuando los niños tienen que aprender a leer y escribir, por ejemplo?
— Sí. Aprender a leer y escribir es una de las mayores dificultades de los niños latinoamericanos y no necesariamente porque existen distintos idiomas en la región y en un solo país, como el caso de Bolivia, sino porque van a aprender a representar lo que habla utilizando señales, entonces para enseñarles el sistema alfabético de escritura lo primero es que el niño tome conciencia del habla, de las palabras que utiliza. Cuando hablamos no analizamos cuántas palabras estamos diciendo, el habla es continua, en cambio cuando escribimos tenemos que tener conciencia de la palabra y esto se llama metalenguaje, es decir la conciencia del lenguaje. Y hay habilidades metalingüísticas específicas que expresan las distintas dimensiones del lenguaje; o sea, la conciencia de lexical, fonológica y sintáctica. Para enseñar a leer con éxito, lo que facilita la enseñanza es que el que van a aprender a leer y escribir tome conciencia de su habla.
El niño no puede escribir si no tiene conciencia de que escribir es ser capaz de representar el habla utilizando señales que son las letras del alfabeto combinadas de acuerdo al principio alfabético de escritura y cuando se hace esto los niños aprenden rápido. Pero tenemos niños que están en la escuela por años y no comprenden lo que es escribir.
— Los datos educativos en nuestro país, señalan que es alto el porcentaje de alumnos no llegan a comprender lo que leen. ¿Será consecuencia de este proceso fallido?
— Nuestro sistema alfabético de escritura tiene por lo menos dos componentes que tienen que funcionar juntos, es la codificación (escribir) y la decodificación (lectura), y la comprensión. Codificar y decodificar es usar signos para representar el habla. Comprender es entender estos signos. La comprensión en la lectura es precedida de la comprensión oral, del habla y alguien que no comprende el habla, no va a comprender la escritura.
Por otra parte, si no domina el sistema de codificar y decodificar, es decir utilizando estas señales, si no tiene esta habilidad no tiene cómo comprender la escritura, entonces compresión de la lectura no es lo mismo que comprensión de la oralidad. A veces, nosotros queremos que los niños comprendan en la escritura cosas que ellos no dominan la oralidad.
Muchos estudiantes tienen un universo lingüístico oral muy limitado, utilizan el habla para cosas sencillas y cuando en la labor de decodificar se encuentran con un vocabulario que no conocen, con construcciones verbales que no dominan, o sintaxis complicadas, entonces no es que no comprenden lo que leen.
Todo niño que tiene buen ambiente en su casa va a tener facilidad en la escuela, pero le corresponde a la escuela suplir lo que la familia no le da. El niño que no tiene condiciones familiares buenas, necesita y se merece una escuela de la mejor calidad.
Fuente: Literatura en Bolivia