Pieb (7-03-14).- El Beni, región amazónica aporta con más del 50% de humedales de todo el mundo, posee tres subcuencas hidrográficas: Beni, Mamoré e Itenez con más de 400 especies de peces. Presenta lugares escénicos aptos para el ecoturismo. Posee recursos forestales maderables y no maderables. Tiene gran extensión de praderas naturales que alberga o albergaba millones de cabezas de ganado vacuno y caballar.
Los pobladores del Beni convivimos con las dos épocas marcadas: tiempo de lluvias constantes y tiempo seco. Los comunarios indígenas y campesinos que viven en las riberas de los ríos, apelan a su sabiduría tradicional para saber si habrá o no inundación. Si las diferentes señales que observaron les indican que habrá inundación, entonces toman las previsiones para que el agua no les “llegue al coto”.
Pero ahora vivimos otros tiempos, hay fuerzas externas que superan el conocimiento local y las practicas de conservación y protección del medio ambiente. Las políticas desarrollista de países industrializados y en vías de desarrollo ven en la naturaleza un medio para enriquecerse, y por eso no escatiman esfuerzo ni medios en hacer represas, desforestarlo, explotarlo, comercializarlo hasta dejarlo languidecer. Mientras se incremente la deforestación habrá más sequías prolongadas y también inundaciones como las que observamos el 2007, 2008 y ahora el 2014.
Estos dos fenómenos atmosféricos los vivimos en el Ben cada año: grandes sequías en tiempo seco donde los comunarios racionan el agua para subsistir y el ganado se enflaquece hasta morir de sed. También se observan lluvias constantes en época de agua que llega a inundar poblaciones de lugares altos como de lugares bajos. Entonces Surge la pregunta ¿cómo solucionar los embates de la naturaleza en época seca y época de agua ?
En Mojos, hoy Beni, los indígenas prehispánicos utilizaron una tecnología hidráulica muy avanzada que permitió afrontar los dos periodos marcados: Tiempo de agua y tiempo seco. Construyeron extensos terraplenes que servían como diques de contención para época de lluvias (hoy los llaman deflectores, anillos de circunvalación) y los utilizaban como vías camineras en época seca (se han registrado unos 2.5000 Kms. de terraplenes , Kenneth Lee, 1995). También construyeron canales que servían de riego natural para época seca y en época de agua las utilizaban para acortar distancias en los ríos. Construyeron lagunas para almacenar agua para época seca y lomas Artificiales para asentamientos humanos y librarse de la crecida de los ríos (inundaciones). Clark Erickson las clasifica en lomas pequeñas, medianas y grandes con una altura hasta de 10 mts de alto por 14 Has. de circunferencia o ancho (Erickson, 1998). Se han registrado más de 20.000 lomas artificiales en todo el Beni (Kenneth Lee 1995). Para la seguridad alimentaria implementaron la agricultura en camellones donde cultivaban maíz, yuca, gualusa, frejol y algodón (Ibid 1995). Todas estas obras prehispánicas aún se las puede observar por tierra y por aire en las provincias Cercado, Marbán, Mojos, Mamoré, Itenez, Mamoré, yacuma y Ballivián.
Esta tecnología permitió afrontar los embates de la naturaleza en las dos épocas marcadas: época de lluvias y época seca. Aun se desconoce las herramientas que utilizaron para construir estas grandes obras hidráulicas, Algunos indican que cavaron con huesos de animales y transportaban la tierra en cueros. Incluso algunos científicos se atreven a decir que fue obra de alienígenas (Discovery), pero mientras no se confirmen estas teorías, seguirán siendo hipótesis.
Lo importante es que los pueblos indígenas prehispánicos nos dejaron un gran legado, las lomas, terraplenes, lagunas, canales, camellones AHÍ ESTAN, se los puede observar, no son cuentos ni historias. Entonces no es casual que los originarios luchen por mantenerse en sus lomas artificiales heredadas por sus antepasados y también luchen contra la política desarrollista que no respeta la madre naturaleza.
Considero que debemos tomar encuentra la sabiduría de estos pueblos para combatir los efectos del cambio climático. Una alternativa es construir lomas artificiales y diques de contención para época de agua, y pozas para almacenar agua para tiempo seco. Ahora más que nunca, es necesario replantear la reconstrucción del Beni en base a la geografía, subcuencas, ríos, arroyos, pampas, y las potencialidades y vocaciones productivas.
El trabajo tesonero de la población y autoridades de Trinidad por no permitir que ingrese el agua a Trinidad rellenando el Deflector y la circunvalación puede ser un punto de partida para replicarlo en las provincias, Marbán, Mojos, Ballivián, Yacuma, Marbán, Vaca Díez, Itenez y Mamoré. Para no lamentar la pérdida de ganado en tiempo de agua y seco se debe hacer lo mismo: lomas y pozas. Entonces las políticas públicas deben apuntalar a créditos blandos en maquinaria para que las comunidades indígenas, campesinas, productores realicen estos trabajos de movimiento de tierra en la época seca y no se tenga que lamentar daños y pérdidas humanas y materiales en época de agua.
Fuente: PIEB
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