SM (23-09-14).- Presentamos a nuestros lectores un capítulo del libro publicado por el Senado de México: El proceso de Cambio en Bolivia, disputa geopolítica, avances, tensiones y desafíos, basado en la mesa redonda del mismo nombre realizada el 26 de marzo de 2014:
Senadora Dolores Piaderna: Doy la palabra ahora al senador Adolfo Mendoza, Senador de la Asamblea Legislativa Plurinacional y presidente de la Comisión de Constitución, Derechos Humanos, Legislación y Sistema Electoral del Senado. Adolfo Mendoza es nacido en Cochabamba, sociólogo, cursó un Doctorado en Ciencia Política en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales acá en México, fue asesor de las organizaciones sociales del Pacto de Unidad durante la Asamblea Constituyente Boliviana y tras el referéndum constitucional y convocatoria de nuevas elecciones fue electo senador del Estado Plurinacional. Le doy la palabra.
Adolfo Mendoza: Gracias estimada senadora, un saludo, siempre una felicidad este tipo de dolor, senadora Dolores Padierna un saludo a nuestra estimada, amiga y senadora Luz María Beristain, a nuestro diputado López y a todos los que nos acompañan, todas y todos. Yo quisiera partir de algo que me preocupa, en la exposición de Hugo Moldiz, él califica a la Revolución Boliviana y quien califica la revolución boliviana la mata, las revoluciones no se califican, las revoluciones en tanto proceso se mueren a partir de una calificación, si es una revolución política y no social, es ya un terreno de discusión, totalmente distinto, que debe verificar los avances de una revolución, más no por eso, debemos acotar los alcances de ésta, que en general, además en términos contextuales la revolución democrática y cultural en Bolivia, responde a una suerte de momento histórico privilegiado en América Latina, tal vez desde el proceso independentista, desde la crisis del Estado Colonial allá por los años 1869, 1870, 1871, 1872 que coincide con las rebeliones indígenas a lo largo y ancho de América Latina, tal vez desde ese momento no hemos tenido en América Latina otro instante de reforma radical de las estructuras estatales, en algunas formaciones sociales con un periodo mucho más corto que en otros, en algunos países con algunos avances más que otros, pero son ciclos largos, son ciclos que llevan por lo menos, medio siglo sino un siglo, pensemos la crisis del Estado Colonial y los procesos iniciales independentistas en América Latina.
Por eso es un momento privilegiado porque es un momento general de época que diría René Zavaleta Mercado, es un momento en el que las sociedades latinoamericanas a partir de la crisis, de sus modelos estatales previos, empiezan a desnudarse y a mostrarse como son, para generar ciclos de transformación particular pero además ciclos que son combinados; cómo entender la revolución democrática y cultural en Bolivia sin las transformaciones en Venezuela, sin las transformaciones en Ecuador o sin la revolución cubana, estos ciclos entonces bondadosos, son los que forman parte de este contexto, para hablar de la situación actual en Bolivia, debemos partir de esa constancia, debemos partir, señalando que en el conjunto de América Latina, existe una fuerza social, creciente, que ataca los puntos centrales de la vieja geopolítica imperial, que si en algunos países, avanzan más los procesos de nacionalización, de lucha contra la privatización que en otros no deberíamos porqué preocuparnos son ciclos largos, son ciclos finalmente en los que se condensa una transformación, por eso no es posible hablar solamente de un proceso revolucionario en Bolivia, sino un proceso revolucionario en la Patria Grande, cómo nos vaya es otra cosa, hasta dónde se avance es otro cantar, pero lo evidente es que vivimos un momento privilegiado de transformación en América Latina y ahí está el ejemplo de Bolivia mediante el cual podemos sacar algunas enseñanzas pero también algunos límites y grandes desafíos.
En ese sentido yo me voy a concentrar solamente en dos elementos, que muestran la situación actual de Bolivia, uno, lo referente a la Revolución Democrática, a la propia conformación democrática en Bolivia y luego, a la caracterización de lo plurinacional, qué desafíos supone lo plurinacional y la construcción de esta nueva forma de estatalidad, pero no sin antes, mencionar que hay una agenda cumplida y que nuestro presidente Evo Morales, lo manifestó de manera contundente en su mensaje presidencial, ya el 22 de enero de este año, se cumplió con la agenda de la Asamblea Constituyente y se cumplió con la Agenda de Octubre de recuperación de los recursos naturales y la nacionalización, esto no es poco, esto no es poco porque generó tres elementos que están siempre presentes en la historia política de la izquierda latinoamericana y que a veces no le prestamos mucha atención; uno, el problema de la igualdad; dos, el problema de la solidaridad y tres, un replanteo de la visión de lo común que nos une. Hay varias lecturas respecto de la igualdad, hay varias lecturas respecto a los contenidos de la solidaridad y de lo común que no es lo mismo que el bien común liberal, pero sobre la base de esos tres elementos que giran en cualquier discusión de las izquierdas en América Latina, en Bolivia podemos encontrar varios avances, en el orden económico además de un programa de nacionalizaciones, hemos roto un mito y esto puede servir no de enseñanza para América Latina, sino de enseñanza para la propia Revolución Boliviana, el mito que hemos roto, es la centralidad de la eficiencia o no, de la administración en la economía, a partir del Estado, se nos cuenta el cuento que el Estado es un mal administrador y que la empresa privada es buen administrador, pero detrás de este discurso instalado de manera natural en nuestras cabezas, está algo a lo cual hacía referencia Katu, las formas de transferencia de capital y no solamente de riqueza social desde el Estado hacia manos privadas, de qué sirve una empresa estatal eficiente, sí es que de pronto sus capitales son transferidos a manos privadas, de nada.
Entonces, ahí hay una confusión, no es un problema de eficiencia, es un problema de generación de riqueza y de esta transferencia de capital y lo que ocurrió en Bolivia, antes de la nacionalización, implementada por nuestro presidente, fue algo que se repite y se repitió a lo ancho y largo de América Latina y hoy México vive un proceso particular en ese sentido, empresas que de pronto generan grandes ganancias, trasladan esta ganancia no a una política de Estado, sino al engorde de las trasnacionales y unas cuantas cabezas, ni siquiera la oligarquía en pleno.
Por tanto lo fundamental para entender la crítica de la privatización, no está en eficiencia o ineficiencia de la administración, sino es la transferencia de capital, en Bolivia tenemos un ejemplo magnifico de este asunto, existía allá por los años noventa, una línea aérea bandera, LAB, Martha, Coco, se acordarán, Marcos, era una empresa con ganancias, se le acusó de no ser eficiente y se le privatizó, el resultado de la privatización fue la quiebra de esa empresa y los señores que privatizaron el Lloyd Aéreo Boliviano, nada más estoy poniendo un ejemplo, ahora son los que participan de la oposición de Bolivia, por tanto es una tendencia presente, el despotismo de la democracia liberal sigue ahí, pero además sus socios viven en Miami y en otros países gozando de las ganancias de esa empresa. Tomaron al Estado como una fuente de acumulación originaria de capital.
Entonces, esto sirve para la experiencia boliviana, porque en el programa de nacionalizaciones, debemos impedir de manera radical, que de pronto existan castas, que aprovechándose del poder, generen un nuevo ciclo, que devenga luego en una privatización de las ganancias generadas por las empresas nacionalizadas; por tanto ya no se trata de la misma visión de nacionalización que tenía Bolivia o América Latina en la década de los cincuenta y sesenta, ya no se trata de ese modelo de nacionalización, si es que atendemos a esta enseñanza, cerrar las filas para que nunca más los recursos naturales, sean privatizados. Yo creo que este tipo de ejemplos, nos ayudan a entender la vitalidad del proceso boliviano, como algo distinto, de la época nacional populista en América Latina, distinta de esa conformación que le llamábamos Estados Nación, en América Latina, y, al mismo tiempo, nos permite ubicar, romper más bien, este mito.
El punto entonces ahí no está en la buena o mala administración sino en lo que se hace con la ganancia de transferencia de capital, si éste se redistribuye y se acortan las brechas sociales, entonces, el modelo será radicalmente distinto de lo que podríamos suponer.
Como estos avances, tenemos muchos, en el caso boliviano, porque además se genera una capacidad no solamente para reservas internacionales, para inversiones en sectores estratégicos, sino también para incentivos sociales, el gran avance en Bolivia, es que ahora estarnos a puertas de definir políticas estratégicas de Estado, ni siquiera, políticas de Estado en general, algo que no había ocurrido en el país desde 1825,de ahí es que tiene sentido la Agenda Patriótica, la agenda que mira hasta el 2025 y de ahí la vitalidad de la propuesta de nuestro presidente de la "Agenda de la Patria Grande" pensar en políticas estratégicas de Estado, pero bueno, con ese advertido y porque el tiempo es corto, quisiera señalar algunos problemas en la construcción democrática boliviana, en la invención de la nueva democracia, que como democracia radical en nuestra legislación, se ha venido a denominar democracia intercultural, en tanto no solo participan mecanismos de democracia representativa liberal, sino también democracia participativa y democracia comunitaria; pero la democracia intercultural no es la suma de estas tres formas de ejercicio de la democracia.
Esta profundización de la democracia tiene dos problemas; primero la propia invención democrática, no hay un plan, no hay un modelo, no hay un libreto escrito; la democracia intercultural boliviana se está reintentado cada día y ese también es un límite porque no sabemos hasta dónde podemos trastocar algo que es natural entre comillas en una transformación estatal.
Hay ruptura en revolución pero también hay continuidades lógicas, incluso en la Revolución Cubana hubieron algunas continuidades, pero si esas continuidades, en el caso boliviano, se expresan a partir de la democracia representativa, restringida, liberal, en qué queda la invención democrática y ahí es cuando tenemos otro límite, el límite de la propia continuidad.
Samuel Doria Medina, que es un especie de Slim chiquito, fue un ministro de un gobierno neoliberal en Bolivia entre 1989-1993, participó de reformas a la legislación boliviana, aprobó la Ley de Privatización y luego cuando salía del gobierno se hizo de dos fábricas cementeras entre otras, hoy descubrimos en la mañana, un documento a propósito del Lloyd Aéreo Boliviano, que este señor también participaba del LAB luego ya de su privatización.
Armaron leyes, como quien se mide un traje y luego de estar en el gobierno y pasar a la oposición se benefician del programa de privatizaciones.
Esto nos está hablando de un modelo de democracia, no solamente de algo que tiene que ver con el ejercicio ciudadano y el derecho al voto, sino quiénes tienen el monopolio institucional de la democracia liberal representativa y ese es un asunto que constituye todavía un límite en el caso boliviano, porque comporta un conjunto de prácticas, de cultura política, que todavía está presente en la génesis de la nueva institucionalidad estatal, entrar al gobierno o a la Asamblea Legislativa Plurinacional para ejercer la mermelada, se diría en Colombia, para ejercer la influencia del cargo y utilizar el cargo para esta transferencia de capital hacia manos privadas, esto forma parte de toda la cultura democrática liberal, que yo le llamo "despotismo democrático liberal", esta forma despótica de leer la democracia que tiene el liberalismo ha construido una cultura política difícil de enfrentar y es ahí cuando los actores de la oposición en Bolivia se ven en el espejo, es decir, encuentran en la invención democrática boliviana, lo que ellos quieren encontrar cuando se miran al espejo, es una relación imaginaria, quieren encontrar al corrupto, quieren encontrar al que utiliza el cargo, quieren encontrar a aquél que genera violencia, quieren encontrar a aquél que participando de las redes de poder se mira en la autoridad actual, es decir, intentan mirar a Evo Morales, a García Linera a nosotros los asambleístas, como si fuesen ellos mismos con su actuación.
Este es un problema teórico pero también práctico de la democracia, pero que forma parte de la estrategia electoral (porque vivimos un año electoral en Bolivia) de la derecha boliviana, por esa razón, a nuestro presidente le acusaron, hace dos años, de haber embarazado a una menor, a la hija de una ministra, precisamente este señor, el Slim chiquito; después no pudieron demostrar nada, no sólo eso, le acusan al gobierno de generar toda una corruptela en la administración de justicia, de inventar el caso de terrorismo, cuando nuestro país estuvo al borde de la guerra civil, acusan a asambleístas, al presidente, al vicepresidente de afectar los derechos humanos, con casos emblemáticos en relación al TIPNIS, etc. Son relaciones muy duras pero en realidad se están viendo en el espejo, intentan señalar que se afectan derechos de mujeres, derechos de niños, derechos de adultos y adultas mayores y lo que es peor, el tráfico de influencias, al cual esta derecha siempre se acostumbró.
Ayer acusaron al Vicepresidente, de uso indebido de influencias, señalando que una de sus parientes tenía bajo su cargo, la dotación de cáterin, esto que nos invitan en los aviones, y hacer negocio familiar con la nueva empresa estatal aérea boliviana, pero además, le acusan al hermano de nuestro vicepresidente, de tener cuentas bancarias, en no sé qué parte del planeta y que esto tiene que ver con ci tema del terrorismo, etcétera.
Es decir, más allá de la guerra sucia que esto implica, la tendencia es utilizar esta suerte de imagen en el espejo, como una fórmula de crítica a la renovada construcción democrática en Bolivia, pero también está desde la oposición, la construcción no sólo de una suerte de lectura democrática en el espejo, despótica en el espejo, sino también una lectura artificial, es decir, quienes fueron privatizadores y corruptos, construyen artificialmente a los nuevos gobernantes, léase presidente Evo Morales, García Linera, etcétera como los narcotraficantes, los corruptos, los que no defienden los derechos humanos, etcétera.
Entonces, se trata de una lectura perversa de la democracia y que tiene que ver con la estrategia renovada, no sé si de guerra de baja intensidad, pero renovada al fin, del imperio norteamericano a la hora de llegar al momento de la votación, lo hemos visto en Venezuela y lo hemos visto también en El Salvador, técnicamente podríamos decir que toda segunda vuelta, siempre tiene una cercanía entre la primera y la segunda fuerza en términos de resultado electoral, es poco probable cuando existe una segunda vuelta, que la distancia en votos, sea muy grande entre primera y segunda fuerza, tienen que darse condiciones muy específicas en ello; la historia electoral de América Latina lo confirma, claro nunca se esperó que la victoria del FMLN era tan estrecha pero lo cierto es que obtuvo el 50% más uno de los votos, mayoría absoluta y a partir de esta construcción despótica de la democracia artificial, se dice que no, que eso es polarización. No habrá sido la elección Bush - Al Gore, porque a pesar de que Al Gore ganó en votos absolutos a nivel de todo Estados Unidos, perdió por un colegio electoral a cargo de hermano de Bush en Florida ¿habría polarización ahí? Por tanto, en Bolivia nos estamos enfrentando a algo que ya se ve como experimento en otros lados y que tiene su punto más fuerte y perverso en lo que está sucediendo en Venezuela, ¿estrategia entonces de la derecha en Bolivia?
Hablar de Derechos Humanos bajo la lógica y la concepción norteamericana de Derechos Humanos, hablar de inseguridad ciudadana y guerra sucia para descalificar con cualquier tipo de acusaciones a los fuertes candidatos de nuestras revoluciones en América Latina y llega el caso boliviano específicamente a nuestros candidatos de la presidencia y vicepresidencia, ésta tendencia que ya hemos observado de una u otra manera en otros países, se está empezando a generar en Bolivia, más allá de las preferencias electorales, como una trampa y aquí en México existe mucha, mucha experiencia en este caso, el de las encuestas cuando las encuestas, como técnica estadista se utiliza para medir una tendencia no hay mucho problema, pero cuando se convierten en una herramienta política de formación de la opinión pública, mucho antes de un proceso electoral, pueden haber problemas, puede inflarse un resultado y entonces esto generar un impacto sobre la población votante, sentido de confianza para quienes apoyan a la mayoría, desconfianza para quienes están desencantados con la actuación de su propia opción de derecha y entonces necesidad de convocar al voto duro, por ejemplo, eso es lo que ha sucedido en el caso de El Salvador, aproximadamente más de medio millón de votos entre la primera y la segunda vuelta, crecieron ambas políticas en votos, pero creció más ARENA, porque con este efecto de construcción de opinión pública y darle un resultado bastante holgado al FMLN en las encuestas, pudo convocar a un voto duro y generar confianza en el partido mayoritario.
Pues bien, esas son las limitaciones de estar todavía jugando con el modelo despótico de la democracia liberal, pero sin lugar a dudas, no es la única variable democrática en el caso boliviano y ahí es cuando ingresamos en el valor de las transformaciones, a partir de las políticas de Estado de nuestro presidente Evo Morales; sin embargo, el cuento no termina ahí y voy a extenderme un poquito más porque ahí sí esto es necesario plantearlo, tenemos la impresión en América Latina, así como lo que dijo Hugo hace un momento, que el Estado Plurinacional es un asunto de indígenas y no es así, la construcción de un Estado Plurinacional sí tiene como vanguardia el movimiento indígena en Bolivia, pero es lo indígena que le propone al conjunto, una nueva forma de entender las operaciones entre Estado y sociedad, es un particular con pretensión de universalidad, lo mismo que hace la burguesía, con la democracia liberal representativa, es una formula particular que interpela al conjunto, por tanto queda claro sí, que la vanguardia en la construcción del Estado Plurinacional en Bolivia, es el movimiento indígena originario campesino, mas el Estado Plurinacional no se reduce en reconocimiento de naciones y pueblos indígenas, el Estado Plurinacional, en realidad implica hablar de lo nacional plural, el Estado Plurinacional entonces enfrenta a los siguientes fantasmas ahora, como recuerdo del pasado pero también como relaciones sociales vivas porque el Estado es una relación social, al Estado burgués capitalista, al Estado colonial, al Estado patriarcal y confesional y en esos terrenos de construcción de lo plurinacional, lo nacional plural, hay tendencias conservadoras muy preocupantes, por ejemplo, en el caso del Estado confesional, como memoria histórica en Bolivia, lo referente de lo plurinacional, en ese terreno es el Estado laico que se opone al Estado confesional, aprovechando la característica de este Estado laico en construcción, la Iglesia se atrevió, en vez de estar persiguiendo a unos cuantos curas que cometen fechorías con menores, a proponer al gobierno que se deje de distribuir la píldora del día siguiente, con la opinión de que esa es una píldora abortiva y no anticonceptiva, jugando con la información de una manera descarada, nosotros hemos propuesto que vayan nomas a hablar con el Papa Francisco porque él les va a dar algunas enseñanzas de moral y que se vayan a confesar por mentirosos , pero bueno lanzan ese elemento luego que el Tribunal Constitucional de Bolivia determinó en actitud, desde mi punto de vista conservadora, dejar de lado la despenalización del aborto en Bolivia.
Esto nos invita a pensar, ya no en el Estado confesional, sino en el Estado patriarcal, por tanto la variable de género en la construcción del Estado Plurinacional se enfrenta a una actitud conservadora muy intensa, por suerte como todo gira en tomo a las relaciones de fuerza, nuestra delegación boliviana en la Comisión sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer hace poco en Nueva York, planteó que este tema tiene que trabajarse en el G77 y que no puede haber propuesta renovada del G77, Si es que no incluye la perspectiva de género, es decir, a lo que me voy, es que en tanto el Estado es un campo de relaciones de fuerza, el Estado Plurinacional en Bolivia, cuenta ahora con una serie de dispositivos conservadores que son muy duros de enfrentar, en estos terrenos de lo Plurinacional, lo confesional en relación con lo laico, lo patriarcal en relación con una propuesta de despatriarcalización, lo colonial en relación con la propuesta de descolonización y por supuesto también en torno a la variable de Estado capitalista versus economía plural; bueno ahí estamos.
Sin embargo, no podríamos concluir sin señalar para el cierre lo siguiente: una revolución como la boliviana y como cualquier otra, es un aprendizaje diario y las batallas se las da cada día, las tendencias conservadoras siempre van a existir y mucho más cuando estas forman parte de una cultura política muy arraigada, habría que recordar esta vieja referencia de Bertolt Brecht que la cita Silvio Rodríguez en una de sus canciones... Hay hombres que luchan un día y... son buenos, y después termina señalando, hay los que luchan toda la vida y esos son imprescindibles; los imprescindibles son las mujeres y hombres que luchan cada día, esa es la enseñanza en el caso boliviano.
La transformación del Estado no puede emerger solamente del propio Estado, si es que no hay una movilización social y política intensa, difícilmente estas tendencias conservadoras que perviven en el terreno de la sociedad civil, van a poder variar en el término de relación de poder, pese a todo porque los perros ladran avanzamos Sancho, dice Don Quijote... gracias.
Fuente: Senado México
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